Sede por estos días de la 18 Sesión del Comité Intergubernamental del Patrimonio Cultural Inmaterial de la organización, la ciudad de Kasane fue escenario el martes y el miércoles de emocionantes momentos que unieron a la comunidad internacional en torno a la salvaguardia de su patrimonio vivo, más allá de fronteras.
“Nos hemos reunido para celebrar la increíble riqueza del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad y reafirmar su poder para la cohesión social, la dignidad humana y la paz”, afirmó aquí el subdirector general de la Unesco para la Cultura, Ernesto Ottone, en el foro con sede en el Cresta Mowana Resort.
Ottone destacó el contexto del evento que continúa hasta el sábado, la conmemoración del aniversario 20 de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, un instrumento multilateral que cuenta con 181 Estados Partes.
A propósito de los resultados, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, evocó el aporte de la Convención en el llamado de atención al mundo sobre el papel que desempeñan en las sociedades las prácticas culturales.
En total, engrosaron la lista 45 elementos, tan diversos como las prácticas del canto de la ópera en Italia y del bolero en Cuba y México, el arte de la cerámica en Uzbekistán, la fiesta de San Bartolomé y San Ignacio de Loyola en Potosí, Bolivia, la danza tradicional palestina Dankeh y el Sona, los dibujos en la arena en Angola.
Particular relevancia aportan los registros multinacionales aprobados por el Comité, por la cooperación que implican, entre ellos, los conocimientos del riego tradicional (Alemania, Austria, Bélgica, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Suiza), y del grabado sobre metales (Arabia Saudita, Argelia, Egipto, Iraq, Marruecos, Mauritania, Palestina, Sudán, Túnez y Yemen).
Por su parte, la relación del patrimonio que requiere medidas urgentes de salvaguardia creció con el soplado de vidrio en Siria, la práctica del cultivo del olivo en Türkiye, el manjar xeedho en Yibuti, la danza-teatro malaya Mek Mulung, la danza Ingoma Ya Mapiko de Mozambique y las técnicas de elaboración del Poncho Para’í de 60 listas en Piribebuy, Paraguay.
En cuanto a las buenas prácticas de salvaguardia, se beneficiaron elementos de Bélgica, Suecia, Panamá y Venezuela con los bandos y las parrandas de los santos inocentes de Caucagua.
Durante el foro, el Comité decidió además responder afirmativamente a los pedidos de financiación de Zimbabue y Paraguay para proyectos de protección de su patrimonio inmaterial.
Para la directora general de la Unesco, resulta relevante el papel de la Convención, que celebra sus dos décadas.
Gracias a este instrumento, la definición misma de patrimonio cultural es ahora más amplia, porque ya no se trata sólo de monumentos, sitios o piedras, también se reconoce que el patrimonio está vivo, se puede cantar, escribir, escuchar y tocar, precisó Azoulay.
“Cada uno de nosotros lleva consigo una parte de este patrimonio y lo salvaguarda», sentenció.
En sus reacciones a lo ocurrido en Kasane, significó que cerca de 700 tradiciones y habilidades integran en la actualidad las listas de la Unesco, no solo para hacerlas más visibles, también en aras de desencadenar medidas de salvaguardia, y sobre todo, para propiciar que prácticas ancestrales sigan pasando de generación en generación.
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