Polito fue descrito como un profesor universitario que trabajó antes en escuelas de Georgia y Carolina del Norte y quien, al parecer, pidió empleo en la UNLV, y quizás no fue aceptado, señalaron fuentes policiales citadas en medios de prensa.
El tirador murió en el lugar después de un enfrentamiento con la policía afuera de un edificio universitario, dijo el sheriff del área metropolitana de Las Vegas, Kevin McMahill.
La balacera de ayer desató el pánico en el campus de la institución, cuando el atacante abrió fuego poco antes del mediodía del 6 de diciembre en el cuarto piso de un edificio de la universidad, donde estudiantes y profesores se preparaban para los exámenes finales de la próxima semana.
Explicó el sheriff, que el pistolero logró atravesar varios pisos antes del choque con los agentes del orden.
La universidad canceló todas las clases hasta el domingo, pero aún está considerando cómo funcionará el centro la próxima semana, escribió el presidente de la UNLV, Keith Whitfield, en una publicación en la página oficial centro.
«Hoy es un día trágico para la UNLV», expresó Whitfield. «Todavía estamos todos en shock mientras procesamos el insondable evento», acotó.
El tiroteo se produjo en la misma ciudad que sufrió el peor tiroteo masivo en la historia moderna de Estados Unidos el 1 de octubre de 2017.
La UNLV está ubicada a pocos kilómetros de Route 91 Harvest, donde hace siete años un festival de música country se transformó en una tragedia que dejó al menos 58 personas muertas y cientos más heridas.
La víspera, el presidente Joe Biden lamentó los tiroteos en Austin y San Antonio (Texas) el martes y en la UNLV que «se convirtió en el último campus universitario aterrorizado por un horrible acto de violencia armada”.
“Sólo este año, nuestra nación ha experimentado más de 600 tiroteos masivos (632 según el Gun Violence Archive) y aproximadamente 40 mil muertes debido a la violencia armada. Esto no es normal y nunca podemos permitir que se vuelva normal”, afirmó Biden.
A pesar de todas las medidas que hemos tomado desde que soy presidente -agregó-, la epidemia de violencia armada que enfrentamos exige que hagamos aún más.
Pero el mandatario demócrata advirtió que “no podemos hacer más sin el Congreso” e instó a los legisladores republicanos a unirse a su partido “para prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad”, entre otras medidas “de sentido común que ayuden a detener» esta marea de las armas.
Juntos, debemos hacer más para evitar que más familias y más comunidades como Austin, San Antonio y Las Vegas sean destrozadas por la violencia armada, concluyó Biden.
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