El portal Rede Brasil Atual indica que el chofer fue apresado durante la Operación Arsenal Clandestino, en Río de Janeiro, que cumplió la PF junto con la Fuerza Integrada de Combate al Crimen Organizado y el Servicio de Fiscalización de Productos Controlados del Ejército.
Lemos Jr. también era automovilista de la llamada Oficina del Crimen, organización que cometía atentados al servicio de milicias.
Con la cruzada policial se pretendía confiscar cerca de 50 armas de fuego irregulares y arrestar al conductor de Lessa, cuyo registro de coleccionista, tirador deportivo y cazador está cancelado.
Pese a que era el dueño de los artefactos bélicos, apenas 13 fueron decomisados, lo cual indica «la posible práctica del delito de comercio ilegal de armas de fuego, municiones y accesorios, cuya pena puede llegar a 12 años de prisión», según indicó la PF en una nota.
Los ingenios de guerra embargados estaban precisamente en la residencia del hombre apodado El Chupeta, en la Isla del Gobernador (Zona Norte de Río). También en la casa había municiones y coches de lujo.
El sitio señala que pesquisas revelaron que Lessa investigó el CPF (documento de identificación) de Franco y de su hija, dos días antes del crimen, según denuncia de Élcio de Queiroz, expolicía también implicado en el homicidio.
De igual manera, Lessa fue acusado de importar piezas de Estados Unidos para la fabricación casera de armas en Brasil.
En el inicio de las investigaciones del crimen, se comprobó que el exagente vivía en la misma comunidad residencial del expresidente Jair Bolsonaro, Vivendas da Barra, en Río.
Franco y su chofer Anderson Gomes fueron ultimados en una céntrica zona de la ciudad carioca en la noche del 14 de marzo de 2018.
Trece disparos de una subametralhadora HK MP5, de alta precisión y utilizada solo por fuerzas policiales de élite, alcanzaron el vehículo en que se trasladaban.
Lessa es señalado en el informe de la investigación como el tirador de la subametralladora y estaría en el asiento trasero del auto que acosó el coche de la concejala. Queiroz conducía el carro utilizado para perseguir a las víctimas. Ambos permanecen detenidos.
El caso tuvo repercusión internacional y convirtió a la socióloga y feminista en un símbolo político en la lucha por los derechos humanos y la mayor participación de las mujeres negras en los espacios de poder en Brasil.
Después de dos mil 95 días, la pregunta: «¿Quién mandó a matar a Marielle Franco?» sigue sin respuesta.
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