El documento, del cual se han hecho eco medios de comunicación locales, recuerda que el país tuvo en 2022, por primera vez, la mayor tasa de muertes violentas de toda América del Sur.
Tras años de tasas de homicidio relativamente bajas, Ecuador registra un alza del 470 por ciento de asesinatos entre 2016 y 2022, lo que puede atribuirse a la intensificación de la competencia violenta entre bandas rivales, señala el reporte titulado Estudio Global sobre Homicidios.
En 2022 -año en el cual la ONU basa su investigación- la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes en la nación andina fue de 27, la más alta de toda la región.
Cifras oficiales de las autoridades ecuatorianas indican que 2023 concluirá con números aún más alarmantes, de más de siete mil muertes violentas en el territorio nacional.
El aumento de los crímenes violentos entre 2014 y 2022 fue mayor en las provincias costeras o vecinas en comparación con el resto de Ecuador, apunta la ONU.
El incremento de la violencia y la inseguridad es la principal preocupación de los ecuatorianos, que esperan del actual presidente, Daniel Noboa, acciones para enfrentar la problemática.
Esta semana, en una entrevista, el mandatario informó que recibió «una solicitud de acuerdo de paz» por parte de una de las bandas criminales «más importantes» del país.
Esa carta significa que algo estamos haciendo bien, o que ya no tienen la protección dentro de las fuerzas del orden, expresó.
Por otro lado, Noboa anticipó que las cárceles barcazas se podrían comenzar a implementar en el país en unos siete u ocho meses, mientras que la Penitenciaría del Litoral, mayor cárcel de la nación, dejará de parecer el Quicentro (centro comercial) para ser un centro de rehabilitación.
El indicador del éxito tiene que cambiar, precisó al tiempo que criticó cómo en el gobierno pasado el indicador eran las toneladas de drogas incautadas y ahora será bajar la tasa de muertes violentas por cada 100 mil habitantes.
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