En declaraciones a la prensa en la 28 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), Stiell precisó que los negociadores tienen la oportunidad durante las próximas 24 horas de comenzar un nuevo capítulo, uno que realmente beneficie a las personas y al planeta.
Consideró que, en última instancia, está en juego la seguridad de ocho mil millones de personas al señalar a la ciencia como la columna vertebral del Acuerdo de París, especialmente cuando se trata de los objetivos de temperatura mundial y el límite planetario de 1,5 grados Celsius. Ese centro debe mantenerse, subrayó.
Recalcó la necesidad de una mayor resiliencia y garantizar la protección de las personas en todo el mundo contra los inminentes desafíos climáticos, al tiempo que instó a una energía segura, asequible y accesible para todos con una revolución de las energías renovables.
Esta última, con el objetivo de eliminar la dependencia de los combustibles fósiles y que ningún país o comunidad se quede atrás.
Sobre el papel fundamental de las finanzas, reiteró su importancia para ampliar la acción climática en todas las esferas, pero reconoció que las áreas donde es necesario negociar opciones se han reducido significativamente.
Recordó que dos asuntos críticos impulsan la COP28, en primer lugar, ¿qué nivel de ambición impulsará nuestros esfuerzos en la lucha contra el cambio climático? En segundo lugar, ¿estamos plenamente comprometidos a apoyar adecuadamente esta transición?
Desde la perspectiva de ONU Cambio Climático, aseguró poder alcanzar niveles más altos en ambos casos, aunque la interrogante sigue siendo si, a partir de ahora, si es posible lograr un acuerdo significativo.
Con ese propósito, eliminar los bloqueos tácticos innecesarios, un balance mundial que ayude a todos los países. «Cualquier mina terrestre estratégica que explote para uno, explotará para todos”, recalcó.
Llamó a la transparencia, teniendo en cuenta que el mundo está mirando al igual que los cuatro mil miembros de los medios de comunicación globales y miles de observadores en Dubái. No hay donde esconderse, advirtió.
Instó a los negociadores a rechazar el llamado incrementalismo. «Cada retroceso de la más alta ambición costará incontables millones de vidas, no en el próximo ciclo político o económico, para que los futuros líderes tengan que lidiar con él, sino ahora mismo, en todos los países», dijo.
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