Según autoridades locales, los museos nacionales relacionados con la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa (1931-1945), 17 lugares de entierro de las víctimas y 12 comunidades en Nanjing rememoran el hecho durante esta jornada.
De acuerdo con el departamento de publicidad de la provincia de Jiangsu, más de 50 países y regiones también acogen actividades conmemorativas.
El Memorial a las Víctimas en Nanjing es la sede principal de estos homenajes que contempla también una ceremonia con velas, así como la publicación de libros relacionados con la historia y el impacto de la masacre.
El 13 de diciembre de 1937 los invasores japoneses capturaron esta urbe, entonces capital de China, y mataron a más de 300 mil civiles y soldados desarmados durante seis semanas.
“Lograron ocupar la ciudad en diciembre y comenzaron a asesinar a todos los soldados prisioneros e incluso a ciudadanos considerados soldados, por eso en total 300 mil ciudadanos fueron masacrados y alrededor de 20 mil mujeres violadas, mientras que otras las convirtieron en esclavas sexuales”, explicó a Prensa Latina el historiador Zhang Jianjun.
Publicaciones de la época en Japón reflejaron una competencia entre dos oficiales para ver quién asesinaba a más chinos con una katana, espada tradicional de ese país.
El concurso terminó con el teniente Noda decapitando a 105 personas y el teniente Mukai a 106.
“Los militares bombardearon la zona y atacaron con ametralladora a quienes huían, estaba corriendo con mi hermano menor, él se murió, yo también recibí un disparo, pero sobreviví”, dijo una sobreviviente en 1995 como parte del recuento histórico de la ciudad.
Alrededor de 200 mil ciudadanos de Nanjing pudieron sobrevivir gracias a una zona de seguridad internacional qué lideró el nazi John Rabe, quien se valió de los acuerdos entre Japón y la Alemania nazi para con otros extranjeros formar este lugar de protección.
Ese pasaje aún influye en los ciudadanos, pese a que la Universidad local realizó investigaciones sobre la paz para transmitir la idea de reconciliación, motivo por el cual la urbe fue merecedora del título de Ciudad Internacional de la Paz de la Unesco.
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