El órgano de seguridad calificó de atroz y cobarde el hecho contra un puesto de las fuerzas de seguridad de la nación que provocó, además, más de 37 heridos.
El atentado fue reivindicado por Tehreek-e-Jihad Pakistan, agrupación terrorista afiliada a Tehrik-e-Taliban Pakistan, que figura en la lista del Comité de Sanciones contra Daesh y Al-Qaeda del ente de la ONU.
El terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye una de las amenazas más graves a la paz y la seguridad internacionales, remarcó un comunicado de los miembros del Consejo de Seguridad.
Cualquier acto de este tipo es criminal e injustificable, independientemente de su motivación, dónde, cuándo y quién sea que lo cometa, insistió el texto.
Al mismo tiempo, recordó la necesidad de que los estados combatan ese flagelo por todos los medios, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y otras obligaciones del derecho internacional.
El Consejo enfatizó en la necesidad de responsabilizar a los perpetradores, organizadores, financiadores y patrocinadores de estos reprensibles actos de terrorismo y llevarlos ante la justicia.
Igualmente, instó a todos los estados, a cooperar activamente con el Gobierno del Pakistán, así como con todas las demás autoridades pertinentes tras el hecho.
De acuerdo con las autoridades, el ataque ocurrido el 12 de diciembre en el distrito de Dera Ismail es el más mortífero hecho de este tipo ocurrido en años contra el ejército, mientras el país de prepara para las próximas elecciones.
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