En diálogo con Prensa Latina, la experta de la Unesco comentó los resultados que conducen a esa conclusión de un estudio que abarcó 10 reservas de la biósfera y cinco geoparques mundiales en nueve países de América Latina y el Caribe (Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, San Cristóbal y Nieves y Uruguay).
Se trata de la primera pesquisa a nivel global con la recopilación de datos cuantitativos sobre el impacto del cambio climático en los sitios registrados por la organización, ya que hasta ahora solo contábamos con percepciones y evaluaciones locales, explicó una de las autoras, a propósito de la presentación el martes del informe.
La investigación reveló afectaciones que superaron las esperadas por los gestores de esos lugares, a partir del aumento de las temperaturas y de cambios en los patrones de lluvias, con consecuencias que van desde las sequías y las inundaciones en zonas costeras e interiores hasta los incendios forestales y los deslizamientos de tierra.
De acuerdo con Heckler, el estudio deviene una muestra base para diseñar una metodología que pueda aplicarse en otros sitios, contemplando indicadores cuantitativos y elementos como las tendencias históricas, la situación actual y sobre todo, las proyecciones para el futuro.
Consideramos para seleccionar los geoparques mundiales y las reservas de la biósfera diversos aspectos, entre ellos geográficos, geológicos y de biodiversidad, además de la presencia de poblaciones urbanas y rurales, en aras de la representatividad y de la búsqueda de una visión regional, abundó.
La coordinadora del Programa sobre el Hombre y la Biósfera para América Latina y el Caribe insistió en la urgencia de limitar las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero y de ir mucho más lejos, ya que la pesquisa demostró que hay daños imposibles de evitar, los cuales solo pueden ser atenuados. Por lo tanto, debemos minimizar las consecuencias del cambio climático, enfocarnos en la adaptación con base a las evidencias y actuar a nivel local, tanto en los sitios de la Unesco como por todo el mundo, dijo a Prensa Latina.
Respecto a los sitios de la Unesco, retomó la idea de la posibilidad de que actúen en la función de observatorios, a partir de la existencia en los mismos de comités multisectoriales de gestión, capaces de evaluar el impacto en el turismo, la agricultura, la biodiversidad y la vida humana, en particular de los más vulnerables.
La investigación analizó el impacto del cambio climático en los geoparques Comarca Minera y Mixteca Alta, de México, así como Araripe (Brasil), Grutas del Palacio (Uruguay) y Kutralkura (Chile).
En cuanto a las reservas de la biósfera, definidas como «lugares de aprendizaje para el desarrollo sostenible», incluyó a Calakmul (México), Maya (Guatemala), Río Plátano y Cacique Lempira Señor de las Montañas en Honduras y St. Mary’s (San Cristóbal y Nieves).
En el Sur del continente americano se estudiaron las reservas Chocó Andino de Pichincha (Ecuador), Mata Atlántica y el Cinturón Verde de Sao Paulo en Brasil, Bañados del Este (Uruguay) y Andino Norpatagónica (Argentina).
Después de confirmar las amenazas del cambio climático y la necesidad de actuar, pensamos en una segunda fase, que permita armar cadenas de impacto, con la visión de ampliar el estudio a otros sitios latinoamericanos y caribeños y del planeta, adelantó Heckler.
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