En un comunicado divulgado por su portavoz, Guterres saludó los esfuerzos de Nicolás Maduro e Irfaan Alí para resolver sus diferencias por medios pacíficos, de conformidad con el derecho internacional, incluido el Acuerdo de Ginebra de 1966.
Los compromisos alcanzados ayer en Argyle, en San Vicente y las Granadinas, supondrán una desescalada inmediata de tensiones y un retorno a las relaciones de buena vecindad, confió el titular.
El alto representante encomió la labor en ese sentido de los gobiernos de Brasil, San Vicente y las Granadinas, país que ostenta la presidenia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños; y de Dominica, al frente de la Comunidad del Caribe.
Al mismo tiempo, acogió con beneplácito los planes de las partes de reunirse nuevamente en Brasil en los próximos meses.
El titular de la ONU insisitió en no tomar posición sobre el diferendo al recordar que la controversia fronteriza entre Guyana y Venezuela está ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Tras el encuentro celebrado la víspera, ambos mandatarios confirmaron su disposición para continuar el diálogo sobre cualquier otro asunto pendiente, de importancia mutua para los dos países.
De acuerdo con la declaración final de la reunión, cualquier controversia entre los estados se resolverá de conformidad con el Derecho Internacional, incluido el Acuerdo de Ginebra de 1966.
Igualmente se comprometieron a evitar amenazas -directa o indirectamente- así como el uso de la fuerza mutuamente en ninguna circunstancias, incluidas las derivadas de cualquier controversia existente.
Los firmantes concertaron establecer inmediatamente una Comisión Mixta de los ministros de Relaciones Exteriores y técnicos de ambas naciones para tratar los asuntos mutuamente acordados, y en un plazo de tres meses la comisión presentará una actualización a los presidentes de Guyana y Venezuela.
Maduro y Alí tomaron nota de la afirmación de Guyana de que está comprometida con el proceso de procedimiento de la CIJ para la resolución de la controversia fronteriza, y de la afirmación de Venezuela de su “falta de consentimiento y reconocimiento de la CIJ y su jurisdicción» en la disputa territorial.
De igual manera, pactaron que ambos Estados se abstendrán, ya sea de palabra o de hecho, de intensificar cualquier conflicto o desacuerdo derivado de cualquier controversia entre ellos.
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