Por Elizabeth Borrego Rodríguez
Corresponsal jefa en las Naciones Unidas
Tras décadas de conflicto, los intensos ataques de Israel agravaron aún más el deteriorado panorama en el enclave, donde la mayoría de la población civil palestina ya necesitaba ayuda humanitaria.
Más de dos meses después, los organismos de la ONU alertan de un escenario catastrófico que puede agudizarse con consecuencias irreversibles.
Cifras divulgadas por el Programa Mundial de Alimentos estimaron que la mitad de la población se muere de hambre mientras que nueve de cada 10 personas no pueden comer todos los días.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el sistema de salud permanece «de rodillas y derrumbándose».
«Lo que me está consternando es el nivel cada vez mayor de deshumanización de la crisis», lamentó recientemente Philippe Lazzarini, comisionado de la Agencia de la ONU para Refugiados Palestinos (Unrwa).
La situación en Gaza debería indignar a todos y hacernos repensar nuestros valores, insistió tras visitar la gobernación de Rafah, en la frontera con Egipto. «Este es un momento de hacer o romper para todos nosotros y nuestra humanidad compartida», remarcó.
En las últimas dos semanas, el mayor foro político del planeta finalmente elevó su reclamo para un alto el fuego inmediato luego de clamar por pausas humanitarias o máxima moderación.
Por primera vez desde que asumió el cargo, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, invocó a inicios de diciembre el Artículo 99 de la Carta de la ONU para pedir el fin de las hostilidades.
Ese recurso, raramente usado, le permite al titular del organismo llamar la atención del Consejo de Seguridad sobre cualquier asunto que, en su opinión, pueda amenazar el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.
A pesar de la urgencia, el camino para un reclamo unánime permanece cargado de obstáculos; el más poderoso de ellos, el veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad.
DE LA MODERACIÓN AL CESE DEFINITIVO
La incursión de Hamás en Israel el 7 de octubre y la respuesta de la potencia ocupante en Gaza pocas horas después trajo a primer plano hostilidades consideradas por el propio Guterres como un «círculo vicioso de derramamiento de sangre, odio y polarización».
La ONU pidió máxima moderación, esfuerzos diplomáticos y la protección de civiles como primera respuesta al recordar que los ataques de la resistencia palestina no fueron en vano.
Sin embargo, durante semanas el Consejo de Seguridad intentó sin resultados conseguir un documento conjunto vinculante para pedir el cese de la violencia, proteger a la población bajo bombardeos o la entrada de más ayuda vital.
Entre el 16 de octubre y el 15 de noviembre, cuatro proyectos redactados por Rusia, Brasil y Estados Unidos indistintamente, hicieron aguas por la falta de consenso.
Ante la incapacidad de ese órgano, el 27 de octubre, la Asamblea General adoptó el primer instrumento de una entidad de la Organización de Naciones Unidas sobre la crisis.
Con 120 a favor, 14 en contra y 45 abstenciones, la resolución sin carácter vinculante exigió el cese de las hostilidades en la Franja de Gaza con una tregua humanitaria inmediata y duradera, y rechazó el traslado forzoso de la población civil palestina.
El 15 de noviembre, el Consejo de Seguridad finalmente pidió pausas humanitarias para el enclave, la liberación inmediata de todos los rehenes y la creación urgente y ampliada de corredores humanitarios.
Junto a estos dos, la reciente aprobación de otro documento por el cese definitivo confirman la postura mayoritaria dentro de la Asamblea para que el conflicto termine.
El 12 de diciembre el foro de la ONU dio luz verde a otro borrador con ese reclamo que alcanzó 153 votos a favor, 10 en contra y 23 abstenciones.
El texto, presentado antes al Consejo de Seguridad y vetado por Estados Unidos, exige una solución humanitaria inmediata, el alto el fuego y la liberación incondicional de rehenes, así como más acceso humanitario.
AYUDA VITAL PARA GAZA
Más allá de esfuerzos diplomáticos y políticos, la ONU mantiene su ayuda considerada vital para la población civil de Gaza, bajo los ataques israelíes que dejan un irreversible costo humanitario.
De acuerdo con sus propias estadísticas, aproximadamente 1,9 millones de personas fueron desplazadas hasta la fecha en Gaza y cerca de 1,3 millones permanecen refugiadas en instalaciones de la Unrwa.
Desde el agravamiento del conflicto, 130 edificios de la Agencia de la ONU sobre el terreno resultaron dañados y 135 miembros de su personal murieron como resultado de los ataques, la cifra más alta de humanitarios caídos en un conflicto en tan poco tiempo.
El organismo mantiene activos ocho de los 22 centros hospitalarios de la Unrwa en áreas del centro y el sur del enclave mientras que continúa la llegada de agua y alimentos como harina, barras energéticas, latas con suministros proteicos y queso.
Estos esfuerzos posibilitaron más de nueve mil consultas médicas por día mientras que alrededor de 100 mil personas recibieron ayuda psicosocial desde el 7 de octubre.
No obstante, la Unrwa insiste en la falta de capacidad para enfrentar las necesidades en el enclave donde la población padece un dolor incalculable con traumas difíciles de superar, especialmente para los menores.
Las estadísticas señalan que más del 70 por ciento de las víctimas fatales son niños y mujeres mientras que miles continúan desaparecidas, posiblemente bajo los escombros.
La escasez es total por culpa del asedio. Apenas hay comida, agua, artículos de higiene o combustible, aseguró la Agencia en una reciente actualización.
El frío se ha convertido en otro riesgo para la población, que no cuenta con recursos para mantenerse caliente.
LA ANHELADA SOLUCIÓN DE DOS ESTADOS
A pesar de los desafíos, la apuesta por la creación de dos Estados sigue firme en los reclamos de las principales voces de la ONU.
El agravamiento del conflicto hace insistir en la urgencia de ese viejo anhelo del organismo, que incluyó a Palestina como Estado observador desde 2012.
A juicio del titular de la ONU, la solución de los dos Estados debe hacerse de forma irreversible con un ejecutivo palestino reforzado.
Necesitamos que la Autoridad Palestina tenga responsabilidad de gobierno en Gaza y Cisjordania, y para ello hay que crear las condiciones, aseguró el alto representante al tiempo que pidió más apoyo de la comunidad internacional para eso.
Desde 1947, las Naciones Unidas aceptaron la responsabilidad de encontrar una solución justa para la cuestión de Palestina, sin embargo, la creación de un Estado propio sigue pendiente en uno de los peores momentos para la región.
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