El hecho sucedió el pasado 15 de diciembre en el Condado de Rask, en la provincia de Sistán y Baluchistán y dejó un saldo de al menos 11 policías muertos y otros siete heridos, señaló en un comunicado el Ministerio para las Relaciones Exteriores.
La República Bolivariana hizo llegar sus más sentidas palabras de condolencias a los familiares y amigos de las víctimas y sus deseos de una pronta recuperación a los heridos, así como también “insta a que los responsables de este vil crimen sean procesados ante la justicia”.
El Gobierno venezolano, en el marco de la Diplomacia de Paz, rechazó “firmemente el terrorismo en todas sus manifestaciones” y deploró todo acto de violencia que tenga como intención causar terror y zozobra en la población civil.
Reafirmó asimismo su total apego a la vida e integridad física de las personas y consideró que el “diálogo y el entendimiento” son los pilares fundamentales de la convivencia entre las naciones, bajo los principios del Derecho internacional.
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