El inmunógeno contra la poliomielitis alcanzó un 79,8 por ciento en la primera dosis a nivel nacional, mientras el segundo refuerzo descendió a 65,2, cuando el esquema debió llegar a 83,3 por ciento, señaló un análisis realizado.
La BCG, fármaco para prevenir la tuberculosis en sus formas más graves y con aplicación antes del año de nacido, llegó solo al 74,7 por ciento de infantes, agregó con base en información del Ministerio de Salud y Asistencia Social (Mspas).
La vacuna contra la Hepatitis B alcanzó el 66,5 por ciento, en tanto la pentavalente (protege de cinco enfermedades: tosferina, difteria, tétanos, hepatitis B y neumonía haemophilus influenzae del tipo B) estuvo cerca del 80 por ciento en su primera inyección.
La SPR, contra el sarampión, paperas y rubeola, registró 75,6 por ciento en su dosis inicial, y la segunda 66,4. Neumococo, rotavirus y DTP (difteria, el tétanos y la tos ferina) consiguieron menos del 80 por ciento.
El infectólogo pediatra Mario Melgar, del Consejo Nacional de Prácticas en Inmunizaciones, descartó que el Mspas logre las proyecciones de cobertura para el cierre del año, y por consiguiente la meta de la Organización Mundial de la Salud.
Mencionó entre las causas que el sistema sigue “bastante golpeado” por la Covid-19, pues no todo el recurso humano que se movilizó para atender la pandemia regresó de manera inmediata a sus labores habituales, subrayó.
Sumó el cansancio acumulado por la atención prestada a ese virus y que la población dejó de asistir a los servicios de salud e hizo falta realizar campañas de vacunación.
Los datos de la cartera sanitaria dan cuenta de una leve recuperación de la inmunización en niños de Guatemala durante 2022, pero especialistas insisten en que en el presente período anual estará lejos de la cobertura ideal.
Tal situación –destacan- pone en riesgo a los menores de brotes de enfermedades infectocontagiosas que son prevenibles con las ocho vacunas en el esquema.
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