De acuerdo con los últimos datos, la provincia de Gansú reportó al menos 113 muertes y en la vecina Qinghai esa cifra subió a 22, mientras que el número de heridos superó el millar.
Según autoridades locales, casi 15 mil casas se derrumbaron y 207 mil más resultaron dañadas después del terremoto, lo cual afectó a 145 mil 736 personas.
Luego del sismo, el movimiento de arena y lodo espeso, así como los deslizamientos de tierra, también afectaron el lugar del siniestro y sepultaron casas y personas que sobrevivieron al temblor.
El gobierno local informó sobre la instalación de 360 tiendas de campaña y la llegada de 47 toneladas de suministros de socorro a los lugares afectados por el desastre.
Los circuitos dañados de la red eléctrica principal de ambas provincias también se restauraron por completo desde el martes por la noche, según la Compañía de Energía Eléctrica State Grid Gansu.
Alrededor de 400 réplicas y temperaturas de menos 10 grados celsius dificultan el trabajo de más de un centenar de rescatistas que laboran de forma ininterrumpida.
Según el diario Global Times, expertos del Servicio Geológico de China realizan investigaciones y estudios sobre desastres geológicos in situ, estudios aéreos con drones, tareas de vigilancia y alerta temprana, evaluación de riesgos y eliminación de emergencia de materiales peligrosos.
El Partido Comunista de China, diferentes ministerios y el Gobierno central asignaron fondos de emergencia para apoyar en las labores de rescate y la atención a las víctimas.
Además, autoridades y la Cruz Roja del país enviaron suministros de socorro, incluidos abrigos, edredones, camas plegables, comida, tiendas de campaña y estufas a la zona afectada por el desastre para garantizar las necesidades básicas de las víctimas.
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