«Independientemente de la postura política de cada uno, independientemente del partido de cada uno, este Congreso Nacional, cada vez que tuvo que mostrar compromiso con el pueblo brasileño, él mostró. Cuando fue desafiado, él mostró», afirmó Lula al discursar en la sesión.
Consideró que «con derecha, izquierda, con centro o cualquier otra cosa, mujeres y hombres, negros y blancos, este Congreso, le guste o no al presidente, es la cara de la sociedad brasileña que votó en las elecciones de 2022».
Aclaró además que no es obligación de los senadores y diputados concordar con las proposiciones del Ejecutivo. «Su obligación es estudiar, debatir, votar en contra o a favor, pero siempre teniendo en cuenta que el resultado final de nuestra acción es hacer que el pueblo brasileño viva mejor», razonó.
Con la reforma se oficializó la creación de un nuevo sistema de impuestos en el gigante sudamericano.
Junto a Lula estuvieron en la sesión los titulares de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado Federal, Rodrigo Pacheco.
La ceremonia contó también con la presencia del vicepresidente Geraldo Alckmin y del presidente del Supremo Tribunal Federal, ministro Luís Roberto Barroso.
El 15 de diciembre, la Cámara baja aprobó el texto que se discutió desde el comienzo del año y era una de las prioridades de la agenda económica del Gobierno.
La propuesta recibió en la primera vuelta 371 votos a favor y 121 en contra. En la segunda, el marcador fue de 365 a 118 por la aprobación de la materia. Eran necesarios 308 votos para el asentimiento del contenido.
En líneas generales, el texto de la reforma tributaria prevé que todos los productos y servicios vendidos en el país tendrán un impuesto federal unificado.
Actualmente, Brasil tiene cinco tributos, los cuales serán reemplazados por dos Impuestos sobre Valor Agregado (IVAs), uno federal y otro de gestión compartida entre estados y municipios.
Uno de los principales puntos de la reforma es eximir de tributos la canasta básica nacional y 13 sectores tendrán gravámenes reducidos con relación a los demás, como el de educación, salud y transporte colectivo.
Esta es solo la primera parte del cambio. La tributación de la renta será objeto de una segunda etapa.
Blanco de reivindicaciones antiguas, el debate de la reforma tributaria ganó fuerza este año, con el interés del equipo económico del Gobierno de Lula y el foco principal en los impuestos al consumo.
rgh/ocs