En un intento fallido esa agencia solo pudo facilitar suministros médicos a esos centros asistenciales, para cirugía y tratamiento de heridas, insumos para ayudar a las mujeres durante el parto, fluidos intravenosos y medicamentos.
Los equipos que llevaron la ayuda vieron el impacto de los recientes ataques tanto en las instalaciones sanitarias como en el nivel de destrucción.
El representante de la OMS en los Territorios Palestinos Ocupados, Richard Peeperkorn confirmó que sólo nueve de los 36 centros sanitarios de toda Gaza funcionan parcialmente, todos ubicados en el sur, en tanto en el norte ninguno brinda atención ni servicios.
Aseguró que la OMS seguirá esforzándose por abastecer las instalaciones sanitarias del norte de Gaza, pero advirtió que “sin combustible, personal y otras necesidades esenciales, los medicamentos no servirán de nada y todos los pacientes morirán lenta y dolorosamente”.
Por su lado el coordinador de los equipos médicos de emergencia de la OMS, Sean Casey destacó también la creciente y ya generalizada escasez de alimentos y agua.
«Estamos tratando con gente hambrienta, adultos, niños, es insoportable. Dondequiera que vayamos, la gente nos pide comida, incluso en el hospital, por donde pasé en el servicio de urgencias, alguien con una herida abierta sangrante, una fractura abierta, pedía comida. Si eso no es un indicador de la desesperación, no sé qué lo sea», afirmó.
Más de 20 mil personas han muerto ya en las hostilidades de Gaza, cifra que supone casi el uno por ciento de la población de la Franja.
mem/crc