El pasado 14 de diciembre, el Senado aprobó el proyecto de la NDAA (siglas en inglés), instrumento que establece los gastos y políticas del Departamento de Defensa, y un día después la Cámara de Representantes también votó a favor de este presupuesto sin precedentes.
La aprobación del presupuesto militar se produjo a pesar de las preocupaciones sobre la extensión de la sección 702 de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, que permite la vigilancia sin orden judicial de ciudadanos estadounidenses.
Los miembros del bloque progresista del Congreso alentaron a sus miembros a rechazar la iniciativa legislativa, aunque finalmente solo 45 demócratas votaron en contra de la NDAA más grande de la historia de Estados Unidos.
La Unión Estadounidense para las Libertades Civiles advirtió que es “increíblemente desalentador que el Congreso haya decidido prorrogar una ley de la que se abusa fácilmente sin hacer ninguna de las reformas que se necesitan para proteger nuestra privacidad”.
El proyecto -ya convertido en ley este viernes- también contempla un aumento en los fondos de ayuda militar a Ucrania, un incremento del 5,2 por ciento para las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y una disposición que impide que el presidente retire al país de la OTAN sin la aprobación del Congreso.
De forma comparativa, el gasto militar de Estados Unidos es tres veces superior al de China (292 mil millones de dólares) y 10 veces el de Rusia (86.4 mil millones de dólares), señalan expertos.
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