Las autoridades organizaron un minuto de silencio al mediodía de esta jornada en todo el país, donde sus iglesias doblaron las campanas, mientras las banderas permanecieron a media asta en los edificios públicos, anunció el primer ministro Petr Fiala.
El gabinete tomó la decisión en una sesión extraordinaria efectuada la víspera, en la que los ministros ofrecieron sus condolencias a los familiares de los fallecidos el pasado jueves, indicó Radio Praga Internacional.
“Todos estamos conmocionados por este terrible acto”, declaró Fiala en rueda de prensa, tras guardar un minuto de silencio.
“Necesitamos encontrar paz interior y soluciones razonables para prevenir situaciones similares en el futuro y mejorar el sistema que tenemos. Trabajaremos para identificar posibles problemas”, subrayó por su lado el presidente checo, Petr Pavel.
El pasado jueves un estudiante de la facultad de Historia de 24 años de la citada universidad disparó a mansalva contra sus compañeros y transeúntes, pero dos horas antes de los hechos la Policía halló el cadáver de su padre en una casa en la localidad de Hostouň.
Los agentes del orden público consideraron entonces posible que el joven perpetrara una masacre y por ello evacuaron con tiempo las instalaciones de la Universidad en la calle Celetná, donde debía asistir a clases, narró la referida radioemisora.
Sin embargo, el estudiante comenzó los disparos en otro edificio, el de la facultad de Filosofía, en la plaza Jan Palach. Después de disparar desde el techo y verse acorralado por la Policía, el atacante se suicidó.
En el tiroteo, otras 25 personas recibieron heridas, 10 de ellas de gravedad, informaron en su momento las autoridades sanitarias.
De acuerdo con el jefe de la policía checa, Martin Vondrášek, se investiga si el implicado en el tiroteo también fue el autor de un reciente doble asesinato de un hombre y un bebé en el bosque de Klánovice, en las afueras de esta capital.
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