Lula abrió su discurso de cinco minutos transmitido en la red nacional de radio y televisión mencionando las semillas enterradas por el Gobierno a lo largo del año.
«2023 fue el momento de plantar y reconstruir. Aramos el terreno, lanzamos las semillas, regamos con agua todos los días, cuidamos con todo el cariño de Brasil y del pueblo brasileño. Creamos todas las condiciones para tener una cosecha generosa en 2024», prometió.
Aludió a la aprobación, en el Congreso Nacional, de la reforma tributaria y del gravamen de los fondos exclusivos. Medidas que, en la visión gubernamental, van a dinamizar la economía y mejorar la recaudación.
El exsindicalista mencionó programas sociales, una de las marcas que busca imprimir en sus administraciones.
Resaltó la vuelta de Bolsa Familia (programa de ayuda a familias necesitadas) e inversiones en la Farmacia Popular (el Gobierno paga una parte del valor del medicamento).
Otra medida recordada fue la llamada desenrola, que renegoció deudas de la población con descuentos de hasta el 98 por ciento.
En su alocución, Lula además hizo referencia, entre otros asuntos, a la seguridad pública y el aumento de inversiones en salud y educación, así como el apoyo a «los estados en la lucha contra el crimen organizado».
Recordó los actos golpistas del 8 de enero, una semana después de que él tomara posesión, cuando adeptos extremistas del exmandatario Jair Bolsonaro invadieron y depredaron las sedes de los Tres Poderes, en Brasilia.
Para Lula, la acción de los golpistas tuvo el efecto contrario al esperado y la democracia salió fortalecida después de ser atacada.
«El odio de algunos contra la democracia dejó cicatrices profundas y dividió al país. Desunió familias. Puso en riesgo la democracia. Rompieron vidrios, invadieron y depredaron edificios públicos, destruyeron obras de arte y objetos históricos. Afortunadamente, el intento de golpe causó efecto contrario», indicó el fundador de Partido de los Trabajadores.
Al final de aquel triste 8 de enero, la democracia salió victoriosa y fortalecida. «Hemos sido capaces de restaurar los cristales en tiempo récord, pero falta restaurar la paz y la unión entre amigos y familiares», subrayó.
mem/ocs