“Solo en el hospital San Juan de Dios se brinda atención cada mes a aproximadamente seis pacientes adultos”, precisó el doctor de ese centro Erwin Castellanos, especialista en toxicología clínica y jefe del servicio de Cuna de la Pediatría.
El experto subrayó la importancia de conocer a qué especie corresponde el ataque, por lo cual indicó si es posible tomar una fotografía del reptil.
Después de ello, agregó, quien sufrió la mordedura de serpiente o el médico pueden consultar la Red Internacional que atiende las 24 horas, para recibir apoyo y saber el tipo de ese animal.
De tal manera –describió el profesional de bata blanca- se puede clasificar y establecer si necesita que se le administre algún antídoto.
En relación con el actuar ante un ataque de serpiente, Castellanos sugirió mantener la calma, lavar la herida con agua y jabón, a pesar de que sea doloroso.
Además, explicó, colocar una venda en la herida, llevar inmediatamente al paciente al servicio de salud más cercano para que se determine si es necesario suministrar antídoto.
Aconsejó para prevenir las mordeduras de serpientes: evitar andar descalzo, usar polainas de cuero en caso de desplazamientos por áreas de riesgo, así como no manipularlas.
Con las lluvias en el país, cuya temporada transita desde mayo hasta octubre, aumenta el riesgo de que surjan mordeduras de serpientes, puntualmente en el área costera y los municipios cálidos.
Guatemala cuenta con 132 especies de serpientes de las cuales 22 son letales y, de ellas, al menos cuatro se encuentran en este departamento capital.
La barba amarilla (Bothrops asper) y la cascabel (Crotalus spp) son las que causan la mayoría de casos graves de envenenamiento por serpiente en Centroamérica.
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