El Sumo Pontífice llamó a orar por quienes sufren las consecuencias de los conflictos bélicos en diversas partes del mundo, y se refirió en particular al que tiene lugar en Ucrania, así como el del Medio Oriente, entre Israel y Palestina, donde suman ya más de 21 mil los muertos en la Franja de Gaza por los ataques de Tel Aviv.
De acuerdo con una nota publicada en el sitio digital del diario Vatican News, Francisco anunció ante los presentes en el Aula Pablo VI, de la Santa Sede, una nueva serie de catequesis sobre el tema de los vicios y virtudes, ya que “¡ser dueño del bien y del mal es una tentación!”, y es “el escollo más peligroso para el corazón humano”.
El Obispo de Roma alertó en sus reflexiones sobre este tema que se debe tener cuidado pues “el diablo es un engañador. Nunca hables con él, porque es más inteligente que todos nosotros y nos hará pagar. Cuando llegue la tentación, nunca hables, cierra la puerta, cierra la ventana, cierra tu corazón, y así nos defendemos de esta seducción”.
El pasado 25 de diciembre el Papa impartió desde la Basílica de San Pedro la bendición Urbi et Orbi, en la que lamentó las matanzas de inocentes que los conflictos bélicos provocan en el mundo.
En referencia a la actual guerra entre Israel y Palestina, suplicó “que cesen las operaciones militares, con sus dramáticas consecuencias de víctimas civiles inocentes, y que se remedie la desesperada situación humanitaria permitiendo la llegada de ayuda”, en la Franja de Gaza.
“Que no se siga alimentando la violencia y el odio, sino que se encuentre una solución a la cuestión palestina, por medio de un diálogo sincero y perseverante entre las partes, sostenido por una fuerte voluntad política y el apoyo de la comunidad internacional”, demandó.
Se refirió también a los conflictos en Ucrania, Yemen, las regiones del Sahel, el Cuerno de África, Sudán, Camerún, la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, a la vez que habló sobre las complejas situaciones en otras zonas del planeta y exhortó a “que llegue el día de la paz definitiva entre Armenia y Azerbaiyán”.
El Pontífice calificó a las guerras como “una locura sin excusas”, y aseveró que para acabarlas “es necesario decir no a las armas” pues “¿cómo se puede hablar de paz si la producción, la venta y el comercio de armas aumentan?, a la vez que pidió divulgar los intereses y beneficios que «mueven los hilos» de las mismas.
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