Asimismo, Peng Zhibin, director de la oficina de enfermedades infecciosas respiratorias del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, aseguró que las infecciones por el SARS-CoV-2 se mantienen en un nivel reducido a nivel nacional.
«La proporción de casos causados por la variante JN.1 es relativamente baja, pero está en aumento y puede convertirse gradualmente en una cepa prevalente en China», agregó.
Sin embargo, el especialista informó que debido a sus características, esto supondrá un riesgo menor para la salud pública.
No obstante, alertó que las instituciones médicas de todos los niveles deben prepararse contra el posible aumento de diversas enfermedades durante las vacaciones de Año Nuevo y la Fiesta de la Primavera.
«La Covid-19 y otras infecciosas respiratorias pueden aumentar, lo que aumentará el riesgo de enfermedades graves e incluso muertes entre los grupos vulnerables», enfatizó.
Peng subrayó que esta situación podría ejercer cierta presión sobre el sistema de servicios médicos en las zonas rurales con una capacidad de tratamiento relativamente débil, de ahí la importancia de la preparación previa.
La JN.1 es una variante de ómicron y según la reciente evaluación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), su transmisibilidad es elevada, pero no hay evidencia de un aumento de la patogenicidad.
China enfrentó recientemente un brote de enfermedades respiratorias debido a la influencia de patógenos conocidos que llevó a la máxima autoridad sanitaria del país a ampliar los servicios médicos, particularmente en los pediátricos.
El 10 de febrero de 2024 el gigante asiático celebrará la llegada del Nuevo Año Lunar o Fiesta de la Primavera, y durante poco más de una semana de feriados los chinos podrán viajar para reencontrarse con su familia o hacer turismo.
Según el pronóstico de la Administración Nacional de Inmigración, se espera un promedio de 1,56 millones de viajes diarios de pasajeros entrantes y salientes durante esas vacaciones.
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