En un comunicado divulgado por su portavoz, el alto representante saludó la labor de los magistrados y el personal del órgano, establecido para juzgar a los responsables del ataque del 14 de febrero de 2005 en Beirut.
El siniestro mató a 22 personas, incluido el exprimer ministro libanés Rafik Hariri, e hirió a otras 226.
Guterres reconoció además el apoyo brindado por los gobiernos del Líbano y Países Bajos como estado anfitrión, así como los estados miembros de la ONU donantes estatales, incluidos aquellos que participaron en el Comité de Gestión del Tribunal Especial.
La iniciativa se estableció en 2007, tras la aprobación de la resolución 1757 del Consejo de Seguridad.
La competencia del Tribunal Especial se extendió a otros ataques que, según se determinó judicialmente, estaban conectados con el del 14 de febrero de 2005.
El órgano celebró un procedimiento en rebeldía y declaró culpables a tres personas, Salim Jamil Ayyash, Hassan Habib Merhi y Hussein Hassan Oneissi, en relación con ese hecho y los condenó a cinco penas simultáneas de cadena perpetua.
Guterres envió condolencias a las familias y víctimas de dicha agresión y otras conexas.
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