Como respuesta inmediata a la presencia del navío HMS Trent en aguas caribeñas guyanesas, el Ministerio para las Relaciones Exteriores emitió un comunicado de rechazo categórico y lo consideró un “acto de provocación hostil y una violación a la reciente declaración de Argyle”.
Este documento fue asumido el 14 de diciembre último por los presidentes Nicolás Maduro e Irfaan Alí, respectivamente, como una hoja de ruta para abordar la controversia territorial por la Guayana Esequiba, espacio de territorial de casi 160 mil kilómetros cuadrados y en disputa desde hace más de un siglo.
La nota consideró la presencia de la nave militar de “extremadamente grave”, al estar acompañada de declaraciones por parte de voceros políticos y militares de “quien fungió como despojador” de la Guayana Esequiba, el cual insiste en inmiscuirse en dicha controversia.
Denunció que estas declaraciones han estado igualmente sincronizadas con acciones del Comando Sur de Estados Unidos, lo que se convierte, a todas luces, en una “amenaza directa a la paz y la estabilidad de la región”.
El comunicado indicó que la República Bolivariana se reserva todas las acciones, en el marco de su Constitución y el Derecho Internacional, para “defender la integridad marítima y territorial de la patria.
En cumplimiento de ese precepto, Maduro, como comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional (FANB) ordenó la activación de la Acción Conjunta Militar General “Domingo Sifontes” como medida de defensa.
El jefe de Estado manifestó que Venezuela tiene derecho a defenderse, a la tranquilidad y la paz, y afirmó que no aceptarán provocaciones ni amenazas de “nada ni de nadie”.
La acción de carácter defensivo fue desplegada sobre el Caribe oriental de Venezuela y en su fachada atlántica, y responde a la “provocación y amenaza” del Reino Unido contra la paz y la soberanía de la nación sudamericana, apuntó.
“Creemos en la diplomacia, en el diálogo, en la paz”, pero advirtió que “nadie debe amenazar ni meterse con Venezuela».
Somos hombres de paz, somos pueblo de paz, pero somos unos guerreros y esta amenaza es “inaceptable para cualquier país soberano” de América del Sur, de América Latina, del Caribe”, enfatizó.
La vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez manifestó que el Reino Unido tiene la obligación de acogerse a la declaración de Argyle.
Ese documento excluye de manera expresa “las amenazas externas que pretendan sembrar o escalar un conflicto” entre los dos países vecinos, publicó en su cuenta X.
Venezuela “repudia y rechaza” la intromisión del Reino Unido en la controversia territorial sobre la Guayana Esequiba, subrayó.
Rodríguez aseguró que “su comportamiento amenazante” contra nuestro país y la paz de la región tendrá la “respuesta oportuna y legítima” de Venezuela.
El Gobierno advirtió a los miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que estas acciones “son contrarias al espíritu de paz y entendimiento” con los cuales Maduro y Alí acudieron a San Vicente y las Granadinas.
Instó a las autoridades de Guyana a tomar “acciones inmediatas” para el retiro del buque HMS Trent, y abstenerse de seguir involucrando potencias militares en la controversia territorial.
La reunión de Argyle, territorio sanvicentino donde Maduro y Alí se reunieron, fue auspiciada por Caricom y la Celac, más el Gobierno de Brasil, de la cual derivó una declaración de 11 puntos.
Los mandatarios se comprometieron a la búsqueda de la buena vecindad, la convivencia pacífica, y la unidad de América Latina y el Caribe, a cualquier controversia entre los Estados se resolverá de conformidad con el Derecho Internacional, incluido el Acuerdo de Ginebra de 1966.
Pactaron, además, que “no se amenazarán -directa o indirectamente- ni utilizarán la fuerza mutuamente en ninguna circunstancias”, incluidas las derivadas de cualquier controversia existente entre ambos países.
En declaraciones la víspera a través de las redes sociales, el mandatario guyanés ratificó su compromiso de mantener la buena vecindad y afirmó estar plenamente comprometido “con las relaciones pacíficas con nuestros vecinos y con todos los países de nuestra región”.
Sobre el buque HMS Trent aseguró “no representa una amenaza para nadie” y de ninguna manera su presencia pretende “ser agresiva o constituir un acto ofensivo contra ningún Estado”.
rgh/jcd
