Según las fuentes, una andanada de cinco cohetes fueron lanzados contra las tropas del Pentágono depslegadas en las instalaciones del campo gasífero de Konico, en el norte de la provincia de Deir Ezzor, a unos 450 kilómetros al nordeste de esta capital.
Otra salva de siete misiles impactaron en la base establecida por el Pentágono en el campo petrolífero de Al-Omar en la misma gobernación.
La víspera, dos similares ataques apuntaron contra los enclaves de Estados Unidos en Kharab al-Jir y Al-Shaddadi, en la provincia nororiental de Hasakeh.
Tales acciones, que superan las 100, contra las tropas norteamericanas, son reivendicadas por milicianos de la autodenominada Resistencia Islámica en Iraq, aliada de Damasco en la lucha antiterrorista y contra la ocupación.
La referida entidad asegura en sus comunicados que sus ataques se llevan a cabo en el marco del enfoque de resistencia a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Siria, Iraq y la región, y en respuesta a las masacres cometidas por Israel contra el pueblo palestino en Gaza.
Washington mantiene unas 15 bases en territorio sirio sin el consentimiento del Gobierno de Damasco, ni la aprobación de las Naciones Unidas.
Siria denunció repetidamente esta presencia, la que calificó de ocupación, y aseguró que la actuación de los militares estadounidenses en el territorio nacional incentiva la actividad terrorista y apunta a desestabilizar el país y saquear sus riquezas.
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