Casi cada hora fallece una persona en un contexto de violencia criminal y suman así siete mil 497 asesinatos hasta el 17 de diciembre pasado, reportan este fin de semana medios locales, como los canales Ecuavisa y Teleamazonas.
En barrios como Nueva Prosperina, en el sur de Guayaquil, capital de la provincia costera de Guayas, la tasa de homicidios llega a 114 por cada 100 mil habitantes, uno de los índices más altos del planeta.
Esos números ubican a esta nación sudamericana como la más insegura de la región, incluso donde sicarios matan “por error” a niños mientras duermen en su vivienda.
Durante el año que concluye varios asesinatos sacudieron el país en el ámbito político, entre ellos el del candidato presidencial Fernando Villavicencio, a quien le dispararon cuando salía de un mítin de campaña en Quito, y el del alcalde de Manta Agustín Intriago, en el mes julio.
A la ola de violencia nacional se suman las constantes masacres carcelarias, donde 89 reos perdieron la vida en los últimos 12 meses, de acuerdo con el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos.
Las disputas entre bandas delincuenciales por el control de las prisiones, tiroteos en zonas urbanas, vehículos que explotan en plena madrugada, disparos contra instituciones del Estado, amenazas de bomba, y hasta un guardia de seguridad atado a explosivos, han sido noticia en Ecuador este 2023.
Expertos apuntan como causas de la violencia el auge del narcotráfico y también la crisis económica, que conlleva a falta de empleo y oportunidades, principalmente para jóvenes, quienes ven en el mundo del crimen una posibilidad de ingresos.
El expresidente Guillermo Lasso, quien gobernó hasta el 23 noviembre último, una y otra vez decretó estados de excepción para facilitar la intervención de las Fuerzas Armadas, sin embargo, nada frenó la violencia.
Ante ese panorama, la ciudadanía exige acciones concretas y urgentes al actual jefe del Ejecutivo, Daniel Noboa, quien durante su campaña electoral presentó el denominado Plan Fénix para frenar la violencia.
A poco más de un mes de su llegada al poder y sus declaraciones de que la estrategia ya está en marcha, persisten los titulares sobre hechos delictivos.
Ejemplo de ello fueron los ataques armados reportados en la noche del viernes 29 de diciembre en varios sectores de la ciudad de Esmeraldas, capital de la provincia costera homónima, zona limítrofe con Colombia.
Entre las promesas del presidente Noboa, como parte del Plan Fénix, está la construcción de dos megacárceles y la expulsión de unos mil 500 reos de nacionalidad extranjera.
Mientras el joven jefe de Estado habla ya de “reducción significativa” de muertes violentas en sectores altamente conflictivos como Durán y Machala, llueven en redes sociales los reclamos porque la violencia atemoriza y cobra vidas.
oda/avr