Se espera que ese enfoque constituya un componente clave de los esfuerzos de la campaña de Biden para resaltar lo que está en juego en las elecciones presidenciales de este año, que se perfilan como una eventual revancha de los comicios de 2020.
Los funcionarios de la campaña demócrata advirtieron sobre lo nefasto que sería una posible victoria de Trump, porque “usará todo su poder para desmantelar y destruir sistemáticamente nuestra democracia”, dijo el director de comunicaciones, Michael Tyler.
Por su parte la directora de campaña, Julie Chávez, añadió que la cruzada electoral que llevan a cabo es “como si el destino de nuestra democracia dependiera de ello. Porque así es».
Biden pronunciará su discurso desde el área de Filadelfia cerca de Valley Forge, un sitio histórico donde George Washington trabajó para reunir tropas en un ejército unificado a fines de la década de 1770.
«La amenaza que Donald Trump representó en 2020 para la democracia estadounidense no ha hecho más que volverse más grave en los años posteriores», enfatizó Chávez.
Biden y Trump mantienen una eventual paridad en un hipotético enfrentamiento de acuerdo con la encuesta más reciente de NBC.
El sondeo de la cadena de televisión -en noviembre- arrojó que el 44 por ciento de los entrevistados apoyó al demócrata, mientras que el republicano obtuvo el 46 por ciento, pero la diferencia cae dentro del margen de error, por lo que tendrían un empate técnico.
Entretanto, Trump continúa navegando con sus problemas legales, aunque se mantiene favorito entre los de su formación para ganar la nominación republicana este año.
El exmandatario, que fue acusado de 91 cargos y tiene cuatro juicios pendientes- solicitó la víspera a un tribunal de Maine que anule la decisión de eliminarlo de la boleta primaria de las presidenciales de 2024 debido a su papel instigador del ataque al Capitolio.
Maine sacó a Trump de la boleta primaria presidencial del estado el jueves pasado por una decisión de la secretaria de Estado Shenna Bellows, quien lo declaró inelegible bajo la cláusula de insurrección de la Enmienda 14 de la Constitución.
Por su parte, Biden cerró el 2023 con el pronóstico de un juicio político impulsado por los republicanos. Además, con un índice de aprobación inferior al 40 por ciento, el más bajo de su presidencia y también el peor entre todos los ocupantes del Despacho Oval que aspiraron a la reelección en las últimas cuatro décadas.
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