Según se hicieron eco medios locales, el congresista Bill Johnson (republicano por Ohio) pretende presentar su dimisión el 21 de enero, antes de lo esperado, porque, además, asumirá el cargo de presidente de la Universidad Estatal de Youngstown antes de mediados de marzo.
La renuncia dejará a la Cámara Baja con 219 republicanos, 213 demócratas y tres vacantes, lo que significa que los republicanos podrán darse el lujo de perder sólo dos votos en cualquier medida partidaria, suponiendo que haya una asistencia total de la bancada.
Tal situación podría complicar aún más el trabajo del presidente del hemiciclo, Mike Johnson, a medida que se acerca la fecha límite de financiación de dos niveles del gobierno federal el 19 de enero y el 2 de febrero.
Hasta hace poco los republicanos contaban con 222 escaños (de 435) en la Cámara de Representantes; sin embargo, el número bajó con la renuncia del expresidente de ese órgano Kevin McCarthy (California), el 31 de diciembre, y la deshonrosa expulsión de George Santos (Nueva York) a inicios del último mes del año.
La elección especial para reemplazar a Santos está prevista para el 13 de febrero con el enfrentamiento del exrepresentante Tom Suozzi (demócrata), que anteriormente representó al distrito, y el republicano Mazi Melesa Pilip, legislador del condado de Nassau.
Los demócratas también auguran una próxima pérdida, la del representante Brian Higgins (demócrata por Nueva York), quien renunciará en febrero debido a su frustración por la disfunción en el Congreso, dijo.
En la carta en que informa su decisión al gobernador de Ohio, Mike DeWine (R) y al presidente de la Cáma Baja, el congresista afirmó que las “élites” de Estados Unidos ignoran a los residentes de su distrito.
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