La Operación Veneratio por fuerzas militares combinadas arrebató el 18 de diciembre la prisión al clan criminal Rotela, empoderado en esa y otras penitenciarías del país, explicó el jefe de Estado en un acto de condecoración de participantes en la acción.
“Lo que ocurrió ese día –subrayó el mandatario- fue no solo tomar el control de la cárcel más grande a nivel nacional, sino de una de las 10 peores a nivel mundial”, mediante “un operativo que envió al crimen organizado el mensaje de que estamos unidos en causas nacionales”.
El presidente Peña elogió el trabajo de la operación entre la Policía y otras fuerzas militares, mediante una disposición que declaró en situación de “emergencia penitenciaria” a todas las penitenciarías y centros educativos, y estableció “un plan de seguridad con el concurso de las fuerzas públicas».
Los grupos de efectivos combinados que recuperaron la cárcel nacional de Tacumbú estaban preparados para resistir entre 72 y 96 horas, declararon entonces altos oficiales.
La Operación Veneratio contempló distintos escenarios posibles para enfrentar a los reclusos, que estaban armados con un fuerte arsenal, declaró el comandante de esa fuerza Carlos Benítez a Radio Monumental 1080 AM.
Según fuentes oficiales, el Clan Rotela es una organización de carácter familiar, que originalmente se especializó en el microtráfico de crack en barrios marginales, y después abarcó otras zonas hasta convertirse en una entidad de alcance nacional que controla el tráfico de drogas dentro y fuera de las prisiones.
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