El mandatario habló desde un simbólico lugar en la historia nacional, cerca de Valley Forge, en Pensilvania, donde centró sus ideas en el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio y lo que significó el extremismo de Trump y sus partidarios ese día hace tres años.
“La democracia está en las urnas. Su libertad está en la boleta electoral”, dijo Biden a los asistentes al acto en un discurso de aproximadamente 30 minutos a menos de 24 horas del tercer aniversario del ataque al compelo de eidficios del Congreso.
Apuntó que la campaña de su antecesor “está obsesionada con el pasado, no con el futuro” y que Trump “está dispuesto a sacrificar la democracia para llegar al poder”.
Recordó que en noviembre de 2020 el republicano perdió el voto popular por siete millones de papeletas y que sus afirmaciones sobre aquellas elecciones “nunca pudieron sostenerse en los tribunales”.
Al referirse a los participantes en la insurrección del 6 de enero, señaló que se trató de “la mafia de Trump” que fue a hacer el “trabajo sucio” del entonces presidente.
“El camino legal simplemente llevó a Trump de regreso a la verdad. Que yo había ganado las elecciones y él era un perdedor”, subrayó Biden al insistir en que su rival, en ese sentido, “perdió recuento tras recuento y estado tras estado”.
Si bien las encuestas sugieren que una buena parte de los votantes no quiere una revancha entre Trump y Biden, parece que esa será la fórmula del próximo 5 de noviembre.
El republicano, de 77 años, sigue favorito, por mucho, entre sus competidores de partido por la nominación para la candidatura presidencial. Nada -de momento- ha podido cambiar esa preferencia, pese a los 91 cargos contra Trump y sus cuatro juicios pendientes.
Un analista llegó a advertir que su foto policial en una cárcel de Georgia le dio puntos en los sondeos y dinero, porque puso en venta, como estrategia de marketing, partes del traje y la corbata que usó el día en que, por primera vez, a un expresidente de Estados Unidos lo fichaban como a un criminal.
Por su parte, Biden, de 81 años, no enfrenta una oposición demócrata significativa, pero entra en este ciclo con una amenaza de juicio político y las peores estadísticas en las encuestas para un mandatario que buscó la reelección en las últimas cuatro décadas.
Aunque el presidente asegura que un sondeo no es una elección, Trump está por delante suyo incluso en estados clave que ganó en 2020, según algunos recientes estudios.
Sin embargo, en política -menos en la de Estados Unidos- nada es absoluto. Ya vendrán los trapos sucios. En un instante todo puede cambiar.
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