Según medios de prensa, este martes la empresa celebrará una reunión de todos los empleados “centrada en la seguridad” en la fábrica 737 Max en Renton, Washington.
A 16 mil pies de altura un panel de la aeronave del vuelo 1282 se desprendió y voló por los aires la semana pasada en un incidente de créalo o no, que solo estaría reservado para películas de ficción.
Milagrosamente ni los 174 pasajeros ni sus seis tripulantes sufrieron daños, al menos de gravedad. El avión despresurizado logró aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Portland unos 20 minutos después del despegue.
De acuerdo con los detalles que siguen emergiendo, el avión de Alaska Airlines fue puesto en servicio hace pocos meses, apenas en octubre, por lo que lo sucedido sugiere que, en última instancia, la responsabilidad es de Boeing y no del equipo de mantenimiento de la aerolínea, a juicio de consultores.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por su sigla en inglés) suspendió el sábado los vuelos de más de un centenar de aeronaves 737 Max 9 tras el accidente y, por ejemplo, United Airlines informó la víspera que había encontrado tornillos sueltos en los tapones de las puertas de varios de esos aparatos durante las inspecciones realizadas.
Boeing expresó su preocupación por la medida de la FAA de dejar en tierra todos los aviones 737 Max 9 mientras son requisados, en tanto la compañía ha enfrentado repetidos problemas de calidad y seguridad con sus aviones en los últimos tiempos.
Tal situación obligó a la inmovilización prolongada de algunos aviones y a la interrupción de las entregas de otros.
El impacto de lo acontecido con el vuelo 1282 no se hizo esperar. Las acciones de Boeing (BA) cayeron casi un nueve por ciento en las operaciones previas a la comercialización de este lunes.
Recordó la cadena CNN que los problemas de calidad más evidentes para Boeing surgieron con el diseño del 737 Max, que se consideró responsable de dos tragedias recientes: Indonesia (octubre de 2018) y Etiopía (marzo de 2019).
En total perdieron la vida los 342 personas en esos siniestros y provocó que los aviones más vendidos de la compañía quedaran en tierra durante 20 meses, lo que le costó más de 21 mil millones de dólares.
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