En Quito, la capital, el ruido habitual de motos y autobuses casi desapareció este miércoles, cuando pocos decidieron salir a sus actividades cotidianas luego de una jornada de atentados y, sobre todo, miedo.
En un recorrido por algunas de las principales vías, Prensa Latina confirmó el escaso movimiento de personas y la jornada transcurrió como si fuera domingo o feriado, sin las largas filas de vehículos que en días laborables transitan por estas calles.
Tampoco se veía gran presencia militar ni policial, solamente en el Centro Histórico, en los alrededores de la Plaza Grande, donde se ubica el Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, lugar que permanece vallado para impedir el acceso.
Si bien todo aparenta tranquilidad, la urbe no está en calma total, pues en el sector de Monteserrín, en el norte, hubo un vehículo incendiado, mientras en dos puentes peatonales se reportaron explosiones, sin víctimas.
Grandes centros comerciales y algunos negocios abrieron al menos hasta las 14:00 (hora local), otros prefirieron extender ese horario a pesar de los pocos clientes.
La jornada tampoco fue fructífera para los taxistas, que estuvieron parados gran parte del día sin pasajeros que transportar.
En otras ciudades del país la situación es similar, como en Guayaquil, donde quienes se han arriesgado a salir, obligados por la necesidad de trabajar, lo han hecho con precaución y miedo.
Esta mañana el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, explicó las acciones de su gobierno ante la ola de violencia en el país y afirmó que la nación está en un estado de guerra, por lo cual decretó la existencia de un conflicto interno armado.
Durante una entrevista radial este miércoles, el mandatario insistió en que no cederán a los grupos terroristas, conformados por unas 20 mil personas en el territorio nacional.
En medio de este contexto, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas informó que 329 personas han sido detenidas en todo el país como parte de los operativos realizados dentro del estado de excepción decretado por los atentados y actos terroristas de las últimas jornadas.
Mientras, más de un centenar de agentes penitenciarios permanecen retenidos por reclusos en cinco prisiones del país.
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