El año 2023 fue el más caluroso registrado y también afectó el ciclo del agua de varias maneras, desde la intensificación de los ciclones y otros sistemas de lluvia hasta la exacerbación de la sequía y los incendios, afirmó Albert van Dijk, profesor de ciencia y gestión del agua de la Universidad Nacional de Australia.
La investigación resumió el estado y las tendencias del ciclo mundial del agua en 2023 y abarcó información sobre precipitaciones, temperatura del aire, humedad, condiciones del suelo y de las aguas subterráneas, acceso de la vegetación al agua, caudales de los ríos, inundaciones y volúmenes de los lagos.
Según los expertos, el ciclo global del agua en 2023 fue influenciado por el cambio a las condiciones de El Niño, una anomalía climática que ocurre en el Pacífico con intervalos de dos a siete años, así como por el aumento de las temperaturas de la superficie del mar debido al calentamiento global.
Las condiciones de calentamiento aumentan la fuerza y la intensidad de las precipitaciones asociadas con sistemas de tormentas como los ciclones tropicales y hubo un número relativamente grande de eventos de este tipo en 2023 y el costo humano y económico fue grande, acotó el escrito.
Asimismo, el año 2023 ocupó el segundo lugar en humedad relativa del aire, continuando una tendencia hacia condiciones medias y extremas más secas.
Pese a las condiciones más cálidas y secas, en muchas regiones se observaron altas condiciones anuales de agua en el suelo, cuyo contenido en la superficie terrestre fue un 3,5 por ciento superior al promedio del período 1998-2005.
El informe señaló una tendencia creciente a largo plazo en el contenido de agua del suelo desde 2014, con contribuciones provenientes principalmente de India, China, Türkiye y varios países de la región del Sahel.
Dicha tendencia, según los hallazgos, puede deberse a la frecuencia de las precipitaciones, la agricultura y los cambios en la vegetación.
Sobre las precipitaciones, el informe señaló que se acercaron a la media mientras que el vigor de la vegetación (verdor) en la superficie terrestre fue un 4,7 por ciento superior al promedio del período 2001-2005 y el más alto registrado.
Este aumento está siendo provocado por una combinación de temperaturas cada vez mayores en las regiones frías, la expansión agrícola y la fertilización por el aumento del dióxido de carbono y otras fuentes antropogénicas.
La presencia de aguas superficiales (incluidos lagos, ríos y otras formas de inundaciones temporales) fue la segunda más baja en dos décadas.
A nivel mundial, aumenta la frecuencia e intensidad de las precipitaciones y las inundaciones de los ríos, pero también hay sequías más frecuentes y de desarrollo más rápido.
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