«Es importante decir que llevamos un año al frente de una investigación de un crimen que ocurrió hace cinco años, con la convicción de que aún en ese primer trimestre la Policía Federal dará una respuesta final al caso Marielle», confirmó Rodrigues a la red de radio Central Brasileña de Noticias.
Franco, del Partido Socialismo y Libertad, y su chofer Anderson Gomes fueron ultimados en una céntrica zona de Río de Janeiro en la noche del 14 de marzo de 2018.
Trece disparos de una subametralhadora HK MP5, de alta precisión y utilizada solo por fuerzas policiales de élite, alcanzaron el vehículo en que se trasladaban.
Las familias de ambos aseguran haber perdido la esperanza en el esclarecimiento del crimen.
Hasta la fecha no hay claridad sobre quién fue el responsable intelectual de la transgresión fatal.
Durante toda esta etapa, la indagación apunta a la participación de milicianos de las fuerzas de seguridad.
El 14 de marzo de 2019, el policía retirado Ronnie Lessa y el exoficial militar Élcio Queiroz fueron arrestados bajo los cargos de ser los autores materiales del crimen.
La motivación del homicidio aún no está clara, pero según denuncias, Franco fue asesinada por su militancia a favor de los derechos humanos.
Según Rodrigues, los investigadores entregarán a la Justicia Federal los nombres de los posibles mandantes del asesinato.
En diciembre, el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flávio Dino, también prometió que la muerte de la concejala sería íntegramente solucionada «en breve».
A inicios de ese mes, la PF detuvo a Luiz Paulo de Lemos Jr., alias El Chupeta, conductor de Lessa.
El chofer fue apresado durante la Operación Arsenal Clandestino, en Río, que cumplió esa entidad policial junto con la Fuerza Integrada de Combate al Crimen Organizado y el Servicio de Fiscalización de Productos Controlados del Ejército.
Lemos Jr. también era automovilista de la llamada Oficina del Crimen, organización que cometía crímenes al servicio de milicias.
Con la cruzada policial se pretendía confiscar cerca de 50 armas de fuego irregulares y arrestar al conductor de Lessa, cuyo registro de coleccionista, tirador deportivo y cazador está cancelado.
El caso de Marielle tuvo repercusión internacional y convirtió a la socióloga y feminista en un símbolo político en la lucha por los derechos humanos y la mayor participación de las mujeres negras en los espacios de poder en Brasil.
Después de más de cinco años la pregunta: «¿Quién mandó a matar a Marielle Franco?» sigue sin respuesta.
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