La evaluación reavivará el escrutinio respecto a los cientos de agentes que respondieron aquel día a la masacre, donde perdieron la vida 19 niños y dos maestras, a los que señalan de haber mostrado una actitud vacilante, pues se determinó que habrían esperado 78 minutos antes de irrumpir en el aula para enfrentar a Salvador Ramos, de 18 años, el agresor.
A la indignación en Texas por la deficiente respuesta policial al tiroteo se sumaron críticas al entonces jefe de ese cuerpo por negarse a cooperar en la investigación.
Pete Arredondo fue el comandante a cargo del operativo que ordenó a los agentes esperar y no forzar la entrada en la primaria Robb, pese a los llamados a emergencias.
En lugar de neutralizar al tirador, Arredondo demoró más de una hora en enfrentar al exalumno del centro que se parapetó en un salón de clases.
El secretario de Justicia, Merrick Garland, visitó la víspera los murales dedicados a las víctimas fatales que fueron pintados en el centro de la ciudad y también funcionarios del Departamento se reunieron en privado con familiares de los fallecidos durante la tragedia.
Según dijo la entidad federal, el objetivo de ahondar en lo ocurrido es proporcionar un recuento independiente de las acciones y la respuesta de los organismos policiales en ese momento.
Para el Departamento de Justicia es de interés identificar las lecciones aprendidas y las mejores prácticas que permitan al personal de emergencias una preparación adecuada para enfrentar eventos de tal naturaleza.
El presidente Joe Biden afirmó que la violencia armada es una epidemia que desangra al país y es ese su mensaje cada vez que una tragedia enluta a la nación.
Estados Unidos exhibe el triste récord de contar con más de 390 millones de armas de fuego en manos privadas, más que el total de su población.
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