Dicho reporte es producto de la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales, que reúne las opiniones de cerca de mil 500 personas expertas a nivel mundial provenientes de la academia, la industria, el gobierno, organizaciones internacionales y la sociedad civil.
Publicado por el Foro Económico Mundial, el informe recoge que en los venideros 10 años los riesgos medioambientales ocupan las primeras posiciones, no sólo los fenómenos climáticos adversos, sino también los cambios en los sistemas terrestres, la pérdida de biodiversidad o la escasez de recursos naturales.
Sin embargo, a la vista de dos años, la información falsa o la desinformación motivada por la inteligencia artificial se perciben como el principal peligro global, seguido de los fenómenos climáticos extremos, la polarización de la sociedad o la inseguridad cibernética.
De acuerdo con las autoridades del Foro Económico Mundial, tales perspectivas evidencian una visión significativamente negativa del mundo a corto plazo, que se prevé empeore a largo plazo.
El 30 por ciento de los expertos mundiales considera que, en los próximos dos años, la probabilidad de que se produzcan catástrofes globales será mayor, y cerca de dos tercios esperan que esto ocurra en los próximos 10 años.
También aseguran que las consecuencias ya están afectando a miles de millones de personas, pues cuando esos riesgos se combinan aumentan, y ejemplifican cómo perjudican directamente al planeta e impiden la tan necesaria acción colaborativa sobre el cambio climático.
De ese modo las cuestiones ambientales seguirán dominando el panorama de riesgos en todos los períodos de tiempo, por lo que hay una preocupación generalizada por los fenómenos meteorológicos extremos en 2024.
El clima extremo, los cambios críticos en los sistemas terrestres, la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas, la escasez de recursos naturales y la contaminación representan cinco de los 10 riesgos más graves recogidos en el informe a los que se enfrentará la humanidad en la próxima década. Asimismo, el texto precisa que los países vulnerables al clima o propensos a conflictos “se verán cada vez más excluidos de una infraestructura digital y física muy necesaria”, así como de inversiones verdes y otros recursos económicos y comerciales.
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