Cada año la celebración colma calles y parques de esta nación centroamericana con variadas y tradicionales propuestas culturales como las «mañanitas darianas» que inician un desfile con artistas, servidores públicos, docentes y familias en la ciudad de León, actividad que también se repite en otros territorios.
Interpretaciones de poemas musicalizados, tertulias y conferencias sobre el pensamiento revolucionario del escritor, entre otras, también conforman el abanico de las actividades de homenaje, las cuales se extenderán hasta el venidero 6 de febrero cuando se conmemora el aniversario 108 de la muerte del bardo.
Nicaragüenses expertos en temas culturales aseguran que el máximo representante del modernismo literario en lengua española, nunca antes tuvo tanto significado como en la primera y segunda etapa de la Revolución sandinista.
Para el director del Teatro Nacional Rubén Darío, Ramón Rodríguez,
Nicaragua entera celebra al autor de “Azul” y poco a poco se conoce más de su vida.
Rodríguez significó el compromiso permanente de proyectar su obra para que las nuevas generaciones se apropien de ese conocimiento cultural.
El príncipe de las letras castellanas, también se recuerda aquí por su pensamiento anticolonialista, pues según historiadores y escritos de la época, mostró siempre su preocupación y rechazo al dominio de una potencia extranjera.
De acuerdo con el director de la mayor institución cultural de Nicaragua, el mejor homenaje que se le puede hacer hoy a Darío son los cientos de niños y adolescentes involucrados en el arte a través de diversas manifestaciones.
El año pasado, la casa Museo Archivo Rubén Darío de Nicaragua fue certificada e incorporada en el Programa Memoria del Mundo de la Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, reconocimiento que permite mantener presente la vida y obra del intelectual de talla universal.
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