Ante miles de participantes, entre ellas personalidades de la cultura, política y de otras religiones con túnicas de color anaranjado, el primer ministro Narendra Modi calificó el momento de sagrado y subrayó el ambiente alegre y festivo en el país por la construcción, además, del nuevo templo.
Con fervor religioso, el dignatario dijo que la fecha de hoy se discutirá dentro de mil años y agradecidó las bendiciones de Lord Ram por permitirles ser testigos del desarrollo de esa ocasión que consideró trascendental.
También aseguró que la ceremonia de consagración o Pran Pratistha no es sólo un momento de celebración, sino también de toma de conciencia de la madurez de la sociedad india.
Para nosotros, esta no es sólo una ocasión de victoria sino también de humildad, subrayó Modi.
De igual modo, enfatizó que la construcción del nuevo templo es también un símbolo de paz, paciencia, armonía mutua y coordinación de la sociedad india.
Por otra parte, el primer ministro indio pidió a la generación joven que apoye su sólida herencia y avance con confianza.
«India alcanzará la meta de la prosperidad siguiendo el camino tanto de la pureza de la tradición como de la infinidad de la modernidad”, dijo.
Miles de Rambhakts, es decir fervientes seguidores de Lord Ram de todo el país y el mundo, asistieron a la ceremonia del Pran Pratistha en Ayodhya, una ciudad situada a orillas del río Sarayu en el estado indio de Uttar Pradesh.
Pran pratishtha, cuyo término significa infundir vida en el ídolo o imagen de una deidad, es para los hindús una parte clave al establecer un templo o santuario, o cuando se instala un nuevo ídolo en cualquier lugar de culto, de acuerdo con especialistas.
Se trata de una serie de rituales realizados por sacerdotes con la creencia de que con cantos de mantras, ofrendas de flores, incienso y de comida la estatua se convierte en una encarnación viviente de la deidad.
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