Un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Circuito del Distrito de Columbia confirmó en gran medida un fallo de un tribunal inferior que restringía el discurso de Trump en el caso.
Esa decisión ratificó la conclusión anterior de la jueza Tanya Chutkan, quien prohibió a Trump hacer declaraciones que “apunten” a testigos previsibles, personal del tribunal y fiscales.
Pero el jurado, incluso, perfeccionó esa directiva, negando al exmandatario cualquier declaración “hecha con la intención de interferir materialmente o hacer que otros interfieran materialmente” con el curso del caso.
La mayor parte del fallo de 68 páginas respalda el razonamiento de Chutkan de imponer una orden de silencio bajo el argumento de que el discurso de Trump podría perturbar el caso, enfriar la participación de los testigos e inspirar amenazas e intimidación reales para los involucrados.
Al mismo tiempo, concluyó que su estatus de candidato no pesa más que la necesidad de proteger el juicio.
«El patrón de discurso documentado de Trump y sus consecuencias demostradas en tiempo real y en el mundo real representan una amenaza significativa e inminente para el funcionamiento del proceso penal en este caso”, concluyó.
Los jueces citaron el “torrente de amenazas e intimidación” dirigido a aquellos que Trump señala a través de sus partidarios, y escribieron que algunos mensajes están diseñados para “generar alarma y temor”, reportó el diario The Hill.
Es probable que la negativa del Circuito del Distrito de Columbia a volver a ver el caso lleve el asunto a la Corte Suprema, mientras tanto Trump podría solicitar a los jueces que revisen la orden de silencio y también pedirles que la suspendan en ese tiempo.
La de ahora, es una de las múltiples batallas del magnate ante la lluvia de problemas legales que enfrenta en medio de su campaña electoral.
La estrategia previsible de su defensa de apostar al tiempo, o sea, dilatar lo más que pueda los procesos hasta después del 5 de noviembre, fecha de las elecciones generales.
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