Al lamentar el asesinato a tiros de ocho personas en Joliet, Illinois, entre domingo y lunes, el mandatario dijo que esta nueva tragedia subraya por qué “estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para mantener las armas fuera de nuestras calles y fuera del alcance de quienes buscan hacerse daño a sí mismos o a otros”.
“Jill (su esposa) y yo estamos orando por los familiares de las ocho víctimas asesinadas en Joliet, Illinois, y por la comunidad en general devastada por estos trágicos tiroteos”, expresó Biden en un comunicado divulgado por la Casa Blanca.
Comentó que su administración está fortaleciendo el sistema de verificación de antecedentes sobre armas y tomando medidas enérgicas contra el tráfico de esos artefactos a través de la Ley Bipartidista de Comunidades Seguras.
Además, recordó que ha tomado “docenas de acciones ejecutivas” encaminadas a poner fin a la epidemia de violencia armada.
Sin embargo, la realidad demuestra que es insuficiente. Estados Unidos tiene el triste récord de contar con más armas de fuego en poder de civiles que habitantes en sus registros demográficos.
Medios locales reportaron que Romeo Nance, un joven de 23 años que era intensamente buscado por las autoridades como sospechoso de la matanza en Chicago, se suicidó luego de una aparente confrontación con la Policía en Texas, hacia donde escapó después de los crímenes.
La Policía de Joliet, en Illinois, informó que Nance fue hallado cerca de la localidad de Natalia, al suroeste de San Antonio, Texas.
El domingo protagonizó dos tiroteos en la zona de Chicago, en donde mató a un hombre e hirió a otra persona, y un día después asesinó a siete miembros de una misma familia en Joliet.
Aunque se desconocen los motivos del violento suceso, los investigadores consideran que Nance conocía a las siete víctimas fatales.
El Archivo de la Volencia Armada rastreó 25 tiroteos masivos en el país, en apenas los 24 días desde que comenzó el año.
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