Aún cuando esta enfermedad vírica se observa mayormente en los infantes, el pasado año afectó a todos los grupos de edad, con diferencias significativas en la distribución por edades de los casos entre los países.
Datos de la OMS muestran que, de manera general, dos de cada cinco casos se dieron en niños de uno a cuatro años, y uno de cada cinco en adultos de 20 años o más.
Desde principios de 2023 hasta octubre se cuantificaron 20 mil 918 casos hospitalizados, y dos países notificaron cinco muertes relacionadas con este padecimiento.
Según los expertos, el resurgimiento de la dolencia, para la que no hay tratamiento específico y que puede tener graves complicaciones como ceguera, encefalitis, diarrea aguda, infecciones del oído y neumonía, se atribuye en gran medida al retroceso de la cobertura de vacunación en la región entre 2020 y 2022.
Además, la reanudación de los viajes nacionales e internacionales y la supresión de las medidas sociales y de salud pública relacionadas con la pandemia de Coivd-19 incrementaron el riesgo de transmisión transfronteriza de la enfermedad y de propagación dentro de las comunidades, especialmente en las no vacunadas o insuficientemente inmunizadas.
Incluso se reportan casos en muchos países en los que el sarampión está declarado eliminado como enfermedad endémica.
La OMS alertó que estas naciones siguen corriendo el riesgo de que se produzcan brotes importantes y perturbadores, tras la importación del virus de otras latitudes.
“La vacunación es la única forma de proteger a los niños de esta enfermedad potencialmente peligrosa. Se necesitan esfuerzos urgentes para detener la transmisión y evitar una mayor propagación”, aseguró el director de la OMS en Europa, Hans Henri P. Kluge.
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