El suceso ocurrió el pasado 20 de enero con uno de los aparatos de Delta Airlines que despegaría del aeropuerto internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta, según citan este miércoles en medios locales.
«La rueda del morro se desprendió y rodó colina abajo», notificó en su reporte preliminar la Administración Federal de Aviación (FAA) al referirse al avión de Delta que se disponía a cubrir trayecto a Bogotá (Colombia) el pasado 20 de enero.
Los pasajeros pudieron abandonar la aeronave después del percance, que se produjo en torno a las 11:15 horas (hora local), detalló la FAA al insistir que no hubo heridos.
La autoridad instó este domingo a las aerolíneas que operan algunos aviones 737 de generaciones anteriores, específicamente el Boeing 737-900ER, a realizar inspecciones visuales de los tapones de las puertas y de los pernos.
«El Boeing 737-900ER no forma parte de la flota Max más reciente, pero tiene el mismo diseño de tapón de puerta», añadió el regulador de aviación estadounidense en su alerta.
Desde el inaudito suceso en un Boeing 737 Max 9 de Alaska Airlines hace poco más de dos semanas, algunas compañías aéreas han inspeccionado los aviones de fabricación anterior y observaron «problemas con los pernos», dijo la agencia.
United y Delta Airlines anunciaron el lunes que comenzaron las inspecciones de sus aviones Boeing 737-900ER y que no prevén interrupción de las operaciones.
Datos de Boeing dan cuenta que la compañía entregó unos 500 aviones de este tipo a aerolíneas como Alaska Airlines y Turkish Airlines. Los Max 9 más nuevos siguen inmovilizados en Estados Unidos.
El pasado 5 de enero un aparato de Alaska Airlines hizo un aterrizaje de emergencia al quedar con un enorme agujero en un costado al perder una ventanilla o puerta en la cabina a unos 16 mil pies de altura.
Milagrosamente ni los 174 pasajeros ni sus seis tripulantes sufrieron daños, al menos de gravedad. La aeronave despresurizada logró regresar al Aeropuerto Internacional de Portland, Oregon, unos 20 minutos después de levantar vuelo.
Desde el punto de vista económico, las acciones del segundo mayor fabricante de aviones comerciales en el mundo cayeron casi un tres por ciento en las operaciones previas a la comercialización del lunes.
La nueva advertencia de seguridad para un avión en explotación durante casi dos décadas asestará otro golpe a Boeing, que ha tenido que lidiar con repetidos problemas de calidad y seguridad en los últimos años con consecuencias fatales en algunos casos.
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