El evento, de dos días, es convocado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y el ministerio chileno del ramo.
En esta región la pandemia afectó a más de 170 millones de estudiantes, quienes perdieron como promedio 1,5 años de escolaridad.
Los países experimentaron la interrupción de las clases presenciales más prolongada del mundo y entre febrero de 2020 y marzo de 2022 las escuelas estuvieron completamente cerradas durante 33 semanas.
El objetivo de la ONU de alcanzar una enseñanza de calidad hacia 2030 no estaba asegurado antes de la pandemia y mucho menos lo está luego de que la Covid-19 exacerbó las desigualdades y limitó ese derecho a los más vulnerables, señaló un comunicado publicado aquí.
Por otra parte, más del 30 por ciento de las naciones del área aún no logra cumplir con la meta del cuatro por ciento del Producto Interno Bruto para el desarrollo del proceso docente.
“Hay que redoblar los esfuerzos para que la recuperación y la transformación educativa estén en el centro de la agenda política y social. Nada menos que el futuro de una generación depende de ello”, dijo Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de la Unesco en Santiago.
Mientras, el ministro del sector en Chile, Nicolás Cataldo, señaló que en el encuentro se intercambiarán experiencias de políticas para avanzar en la reactivación y transformación de la enseñanza, y afrontar los desafíos de la región luego del impacto de emergencias y crisis como la pandemia.
Según el informe del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes o Informe PISA, en el área tres de cada cuatro estudiantes no alcanzan las competencias mínimas en matemáticas y más de la mitad no cuenta con habilidades básicas en lectura y ciencias.
La reunión es coauspiciada por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
El Secretario Ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, destacó el papel central que juega la formación profesional para abordar la doble trampa de desarrollo en la que se encuentra la región, caracterizada por una alta desigualdad y un bajo crecimiento económico.
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