“Los informes sobre Kenneth Smith y su muerte anoche obviamente son muy preocupantes. Es muy preocupante para nosotros como administración, es muy preocupante para nosotros aquí en la Casa Blanca”, comentó a los periodistas la secretaria de prensa de la mansión ejecutiva, Karine Jean-Pierre.
Según la funcionaria, “el presidente ha dicho durante mucho tiempo y ha tenido profundas preocupaciones sobre cómo se aplica la pena de muerte y si es coherente… con nuestros valores».
Sin embargo, de nada valieron los llamados a detener la ejecución de la sentencia, incluida las apelaciones del condenado.
Smith, condenado a la pena máxima por su participación en un asesinato por encargo en 1988, fue ejecutado anoche por hipoxia de nitrógeno (falta de oxígeno). El sentenciado respiró nitrógeno a través de una máscara facial que le provocó la asfixia.
Los críticos se opusieron al procedimiento porque consideraron que violaba la prevención de castigos crueles e inusuales establecida por la Constitución.
La Corte Suprema rechazó el jueves un intento de último minuto para bloquear la consumación de la sentencia de Smith, aunque la jueza liberal Sonia Sotomayor escribió en una opinión disidente que Alabama estaba utilizando al condenado como “conejillo de indias” en el experimento.
El fiscal general Merrick Garland impuso en 2021 una moratoria sobre la pena de muerte a nivel federal, la cual apoya Biden.
Hace más de un año, el estado tuvo que suspender un intento de ejecutar a Smith con inyección letal ante la imposibilidad de colocarle una vía intravenosa.
El estado se opuso a su apelación al señalar esta semana que el método que se aplicará “es mucho mejor que el que Smith le dio a Elizabeth Sennett hace casi 36 años”, refiriéndose a la víctima en el caso.
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