Reunidos en la sede de la representación diplomática, en esta capital, los presentes escucharon en la voz de los más pequeños el poema del Apóstol “Cultivo una rosa blanca”, una de las poesías más célebres del Héroe Nacional, que recrea el valor de la amistad y la importancia de cultivar, con los demás, un amor sincero.
Hubo simbolismo, porque los niños declamaron un poema que aparece en el libro Versos sencillos, el cual Martí publicara en 1891, mientras vivía en la ciudad de Nueva York.
Pasajes de la vida del Maestro y la música escogida, la versión musicalizada de los Versos sencillos a la manera de Verso amigo del cantautor Eduardo Sosa completaron parte del tributo que concluyó cuando, encabezados por la jefa de la Misión de Cuba, Lianys Torres, colocaron flores en la estatua de Martí ubicada en la embajada.
El 28 de enero de 1853 nació en La Habana José Julián Martí Pérez, cubano de proyección universal que rebasó las fronteras de la época en que vivió para convertirse en el más grande pensador político hispanoamericano del siglo XIX.
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