El mandatario y la primera dama, Jill Biden, se trasladaron a la Base Aérea Dover de Delaware para rendir honores a los tres efectivos fallecidos la semana pasada. Participaron también el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y otros funcionarios de la administración demócrata.
Esta es la segunda ceremonia luctuosa en la que participa Biden en su condición de comandante en jefe, la primera fue 2021, cuando recibió los restos de los 13 militares que murieron en un atentado en Kabul, en el contexto de la retirada de Afganistán.
El presidente fue testigo del traslado este viernes del sargento William Ríos, de 46 años; y dos especialistas del Ejército que fueron ascendidos póstumamente al rango de sargento: Kennedy Sanders, de 24 años, y Breonna Moffett, de 23. Todos eran de Georgia.
Previo a ello, Biden, su esposa, Austin y el presidente del Estado Mayor Conjunto, general C.Q. Marrón, se reunieron durante más de una hora con las familias de los estadounidenses fallecidos.
El jefe de la Casa Blanca amenazó con represalias por el ataque, del cual responsabilizó a grupos supuestamente respaldados por Irán y Siria.
Estados Unidos llevó a cabo importantes ataques aéreos contra 85 objetivos en Iraq y Siria, en el comienzo de lo que quizás será una serie de embestidas de mayor escala en Medio Oriente.
La operación con aviones no tripulados en la base de Jordania el domingo pasado hirió además a uno 40 efectivos del Pentágono.
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