El 2023 destacó como el más caluroso registrado hasta la fecha, pero podría ser superado, adelantó el análisis sobre datos de fuentes confiables de la Asociación Centroamericana Centro Humboldt, citado por el diario Prensa Libre.
El experto en temas ambientales y director ejecutivo de esa entidad cienfífica, Víctor Campos, añadió que “las temperaturas máximas entre 32,5 grados Celcius se encontrarán en un promedio de 33 a 34”.
Todo esto evidencia un cambio alarmante, pues con ello se reportará una reducción en las precipitaciones y pérdidas significativas en la biodiversidad, explicó el investigador.
Señaló como el ecosistema más vulnerable el marino-costero, que representa la tercera fuente de sumideros de carbono de mayor importancia a escala mundial, afirmó.
La evaluación realizada determinó que en el corto, mediano y largo plazo, esta nación centroamericana enfrentará riesgos de sequías más prolongadas, agravadas por el Fenómeno de El Niño.
“Esto tiene repercusiones en el sector agrícola, particularmente en las unidades de producción de alimentos para la subsistencia y estrés en los ecosistemas y biodiversidad”, remarcó Campos.
Se espera que en los próximos años se tengan déficits anuales de hasta 144 milímetros sobre la norma histórica regional, acentuó el experto.
“Estos cambios ya están siendo notables en los procesos de recarga hídrica, afectando a cuencas, ríos, lagunas, manglares y otros ecosistemas marino-costeros”, describió.
“Guatemala será más vulnerable a sufrir eventos como inundaciones, tormentas, sequías, olas de calor, entre otros”, enfatizó Campos, quien compartió el impacto en el aumento de incendios forestales.
El texto reveló que en el 2022 ocurrieron 600 mil incendios forestales y quemas agrícolas en la región, de los cuales Guatemala archivó al menos 19 mil.
El director ejecutivo de la Asociación Centroamericana Centro Humboldt aseveró que el cambio climático es una problemática que requiere medidas concretas, entre ellas –mencionó- destacar la necesidad de un fuerte compromiso regional.
Planteó la importancia de promocionar estrategias de adaptación a nivel comunitario, con la implicación activa de la ciudadanía, y resaltar el valor de la investigación especializada.
Campos instó a la población guatemalteca a reconocer el cambio climático como un problema real, compartido y que precisa un esfuerzo conjunto por el planeta.
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