Lewandowski sucede en el puesto a Flavio Dino, quien en diciembre tuvo su nombre aprobado en el Senado para ocupar una silla la próxima semana en el STF, tras la vacante dejada por Rosa Weber, pasada al retiro.
El exmagistrado del juzgado superior era el favorito de Lula para el ministerio.
Según medios periodísticos, conoció al fundador del Partido de los Trabajadores en la época en que era sindicalista (década de 1970), en el municipio Sao Bernardo do Campo, Zona Sudeste del Grande Sao Paulo, más conocida como ABC Paulista.
La relación entre ambos es de confianza personal. Lewandowski llegó al STF en 2006, indicado por el exdirigente obrero con apoyo de la entonces primera dama Marisa Leticia.
Fue uno de los principales interlocutores de Lula en el Judicial hasta 2023, cuando cumplió 75 años y necesitó jubilarse.
En 2016, como presidente del STF, el abogado presidió también el golpe parlamentario judicial contra la expresidenta Dilma Rousseff que la depuso, pero no la dejó inelegible.
Dino, quien asumirá una plaza como juez en el Supremo, se despidió en la semana del cargo y presentó un balance de sus 13 meses al frente del Ministerio de Justicia.
En su intervención reconoció que el actual Gobierno debe ahondar aún más sus acciones en la seguridad pública, en la que Brasil está lejos de la perfección.
Detalló sobre cifras durante su gestión respecto al año anterior, como la caída de un cuatro por ciento en las muertes violentas (hasta 40 mil 429) y la disminución en 9,7 por ciento en los robos de vehículos (hasta 132 mil 825).
Recalcó en el fuerte desplome del dígito de registros de nuevas armas en manos de civiles, que bajó de 135 mil 915 en 2022 a 28 mil 344 en el siguiente calendario.
Imputó tal resultado a decisiones del Gobierno de Lula sobre el acceso de civiles a ingenios bélicos, contrario a lo permitido en el mandato del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022).
En tal sentido, Dino aludió a una cooperación efectiva y real de los organismos federales, regionales y municipales.
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