Desde 2017 el evento resalta una de las riquezas del territorio, mientras deja adornadas calles y avenidas, y hace que propios y extraños disfruten de conciertos, presentaciones artísticas y participen en diversos talleres.
Con el lema “Guatemala: País de la eterna primavera”,el festival volvió a incluir concursos de arreglos florales e instaló un mercado de ventas del producto, convirtiendo a la turística localidad en obra de arte.
Una de las atracciones fue un pavo real gigante colocado frente al Ayuntamiento, y la reconocida calle del Arco de Santa Catalina exhibió asombrosas iniciativas de distintivos colores y tonalidades.
La Fuente de las Sirenas también se llenó de hermosas flores,al tiempo quecalles, balcones, puertas y ventanas, automóviles y bicicletas decoradas se sumaron a la celebración.
Miles de familias llegaron para tomarse fotografías inolvidables en una urbe que enamora gracias a este evento que cada año atrae a unos 500 mil visitantes, según el Instituto Guatemalteco de Turismo.
Fundada por emprendedores amantes de la cultura y el arte, la cita es ya un legado para Antigua Guatemala, románticamente llamada Ciudad de las Perpetuas Rosas por la predominancia de estas flores en jardines y caminos.
(Tomado de Orbe)