Prensa Latina contactó a Lesnik, director de Radio Miami y fundador de la Alianza Martiana, para conocer detalles de su denuncia y dijo: “Lo que más me preocupa es la indiferencia de la prensa local en Miami a este tipo de incidente, que podría tener consecuencias negativas”.
Lamentó que Miami, una urbe eminentemente turística, pueda asociarse con el odio y hasta en una época con el apelativo aquí de “capital de las bombas”, y antes y ahora, “todo por razón de pensar diferente”, por intentar el acercamiento entre los dos países.
Es paradójico que cosas como estas ocurran en medio de la cacareada libertad de prensa que se precian de tener en Estados Unidos, subrayó.
Explicó que recibió un sobre con un papel timbrado de un oficial electo, o sea, utilizaron una hoja aparentemente oficial en la que estaba escrito que me iban a matar a mí y a toda mi familia si no me voy para Cuba, porque soy uno de los que está en contra del bloqueo”.
Narró que puso en conocimiento a la policía de Coral Gables de la situación y “ellos tienen el caso”.
Al preguntarle cuántas veces han intentado intimidarlo, afirmó que “verbalmente lo han hecho cuando participo en las caravanas, donde los odiadores me dicen horrores advirtiéndome que saben dónde vivo, cuál es mi carro…en fin”.
Sin embargo, es la primera vez -añadió- «que me mandan una amenaza como esta por correo».
Lesnik, residente en esa ciudad de Florida desde 1961, fue fundador en los años ’70 del pasado siglo de la revista Réplica. “Nos colocaron en los años ‘80 al menos 11 bombas en nuestra sede”, recordó.
Pero “seguiremos en la lucha contra el bloqueo porque en definitiva no es en contra mía, es en contra del pueblo de Cuba”.
Lamentablemente, “es una política equivocada que fue exacerbada por el gobierno de Donald Trump y que ha seguido Biden”.
Max Lesnik nació el 8 de septiembre de 1930 en San Antonio de las Vueltas, en el actual municipio de Camajuaní, Villa Clara, ubicada en la región central de Cuba.
Durante su trayectoria realizó un periodismo de oposición política contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1959) y tras radicarse en Estados Unidos mantuvo los vínculos con su país de origen.
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