El movimiento telúrico impactó mayormente esta capital y zonas rurales del altiplano central, con saldo de casi 23 mil muertos, 76 mil heridos y más de un millón de damnificados, de acuerdo con registros oficiales.
El Gobierno llamó entonces sin descanso a la calma a partir de aquella madrugada –según reportes de prensa-, e invitó a la ciudadanía a desarrollar un espíritu de confraternidad y colaboración.
Sin embargo, para muchas personas tal comportamiento era imposible, cuando estaban entre quienes tenían un familiar afectado o como los más de 250 mil con sus casas dañadas. El fenómeno devastó las zonas 3, 6, 7 y 19 de esta urbe, con consecuencias impensadas en las colonias de la primera, donde personas quedaron soterradas tras precipitarse sus viviendas a un barranco.
El mayor de tercera clase de los Bomberos Municipales, José Luis Ambrosio, describió que cuando ocurrió el sismo tenía 22 años, dos en la profesión, y calificó los primeros minutos luego del suceso de impactantes.
Al menos cinco días estuve buscando junto con mis compañeros entre los escombros a víctimas mortales y en las primeras 48 horas localizamos algunas vivas, contó.
Pueblos y gobiernos centroamericanos expresaron su solidaridad con los habitantes de la tierra del quetzal ante la calamidad vivida, en tanto unos enviaron unidades de la cruz roja, principalmente con medicinas.
La municipalidad metropolitana, como en los últimos cuatro años consecutivos, realizó el jueves y viernes último un simulacro de terremoto en distintos puntos para fomentar la cultura de prevención.
Participaron personal de entidades públicas y privadas, alcaldías auxiliares, empresas, sobre la necesidad de tener una planificación ante una eventual emergencia.
El año pasado intervino en la actividad un equipo de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos, que compartió un mecanismo para la identificación de zonas expuestas al impacto de desastres naturales.
Guatemala registra constantemente movimientos telúricos debido a su ubicación geográfica, cercana a placas tectónicas y volcanes activos.
La primera prueba capitalina con un fuerte terremoto aconteció en diciembre de 1917, luego en noviembre de 1918, mientras transcurrió un largo lapso hasta que otro impactó en 1942.
En la madrugada del 16 de febrero de 2023 tuvo lugar el evento telúrico de más intensidad de ese año (6,8), el cual dejó daños estructurales y tres personas fallecidas en este Estado centroamericano.
Las autoridades guatemaltecas recuerdan las medidas a seguir ante un fenómeno de ese tipo, como alejarse de ventanas, escaleras y anaqueles, colocarse al lado de columnas y activar el plan de respuesta en caso de centros de trabajo.
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